Si  las personas supieran cuál es la importancia de elaborar anualmente un  proyecto de vida, no pasarían desapercibo por ningún motivo, dedicar un tiempo prudente a elaborar su proyecto  personal y familiar. Lo primero que deben hacer es tomar la decisión de sacar unas tres horas como mínimo, en un lugar apacible donde no haya distracción alguna, donde pueda entrar en oración, disponer el corazón a Dios, pidiendo que el Espíritu Santo guíe el proceso, te de un discernimiento específico  e ilumine los caminos que Él quiere que sean recorridos.

Toma, en primer lugar,  la Palabra de Dios y lee varios pasajes de la Escritura, uno de ellos te llegará más al corazón y te dará el direccionamiento y muy posiblemente, después de orar con  la Palabra de Dios, encontrarás el título de tu proyecto. Este es un paso muy personal, el Espíritu Santo te iluminará cuál es el énfasis que quiere para ese año específico.

De todo lo realizado en el año anterior, irás sacando por escrito, los logros y las cosas por mejorar, por cada una de ellas das gracias, la acción de gracias es fundamental porque somos conscientes que todo lo realizado es obra de Dios en cada uno. Es necesario que vayas detectando necesidades en el trascurso de la reflexión y la oración para irlas poniendo en una lista de necesidades que luego organizarás en orden de prioridad, por ejemplo si el Espíritu te lleva a concluir que lo principal este año es atender mejor a tu esposo, esa se convertirá en una primera meta, al frente de la cual pondrás que pasos vas  a dar para lograrla y cuándo lo vas a hacer, de esa manera en  cada meta se describe la forma de lograrla.

Revisa muy bien la lista de Necesidades que tienes en las distintas áreas de tu vida, de allí salen tus metas, ojalá no sean más de cinco,  pide al Señor que te ilumine para darle el orden de prioridad y los pasos que vas a dar para lograrlas y haciendo un cuadro de tres columnas, ubica en la primera sección la meta, en el segundo los pasos reales que vas a dar y en la tercera sección la fecha en que vas a hacerlo. Verifica que sean metas y pasos alcanzables y razonables.

Una vez elaborado tu cuadro del proyecto de vida, revisas nuevamente el título que le quieres dar, a veces puede sustentarse con una cita bíblica o simplemente le das el nombre que El Espíritu Santo te suscita en el momento de la oración, puedes incluirle imágenes, diagramas novedosos, subrayados de colores y todo lo que pueda ayudarte a graficar de manera armónica y personalizada tu proyecto.

Es importante que des a conocer éste proyecto a una persona de confianza que pueda acompañarte en el camino y con quien te puedes reunir algunas veces en el años para ver cómo va el desarrollo del plan. El proyecto no es rígido, pueden darse algunos cambios en el desarrollo, debe ponerse en un sitio visible para ir orando por éste y recordando las metas a lograr, además de ir agradeciendo a Dios por todo lo que Él va haciendo en la vida personal y familiar.

El proyecto familiar se realiza con toda la familia, si está dispuesta, o todos los que quieran de la familia y se pueden seguir los mismos pasos, sacando las necesidades, luego las metas, los pasos y las fechas y responsables de cada actividad, es una experiencia  que empodera a la familia y la fortalece de manera muy especial.

Los momentos agitados de la vida actual pueden ahogar éstas iniciativas tan importantes, espero que tú puedas organizar de manera cada vez más eficiente tu vida y puedas dar el fruto que Dios quiere que des con las múltiples cualidades, que con certeza, Dios te ha dado.

Ojalá puedas ayudar a muchas personas a organizar su proyecto de vida personal y familiar, es una experiencia maravillosa y muy necesaria. Que Dios te conceda la gracia de estar bajo su presencia y de dar mucho fruto.