Estar cobijados con la espiritualidad franciscana fue la primera gracia, porque además de conocer más del carisma de San Francisco de Asís,  nos permitió entrar a lugares donde solamente ellos tienen acceso,  y también a otros lugares a donde todos los peregrinos suelen ir. 

Tierra Santa

Lago de GalileaSubimos al monte Tabor donde se transfiguró Jesús, experimentamos la alegría de conocer el lago de Galilea o mar de Tiberíades,  y tuvimos la dicha de navegar en una barca como lo hizo él, al mismo tiempo que participar de la Eucaristía en éste mismo lugar. Visitamos Nazareth, subimos al lugar de la Visitación de María a su prima Isabel, estuvimos en Cafarnaún, la Sinagoga, Belén, caminamos por el desierto, cerca de los camellos y desde luego, la ciudad Santa de Jerusalén. Oramos en el Santo Sepulcro y conocimos el muro de los lamentos. Entramos al Cenáculo donde fue la última Cena, la institución de la Eucaristía, el sacerdocio y Pentecostés.

Tuvimos la gran bendición de poder orar en los lugares Santos, por todas las intenciones personales, familiares y comunitarias y por la iglesia universal. En cada lugar había presencia. Cada lugar evocaba la multitud de enseñanzas que hemos escuchado; cada paso por Tierra Santa nos llenaba el corazón de una paz inexplicable y de una reverencia tan sublime, que ojalá podamos ir muchas veces a esos lugares llenos de presencia, que aunque han sido transformados por el correr de los tiempos, no dejan de impregnar esa fuerza poderosa del amor de Jesús por la humanidad.

 

Sinagoga de CafarnaúnEn muchos lugares nuestros ojos se llenaron de lágrimas y quisiéramos habernos quedado horas y horas en cada uno. Afortunadamente los santuarios se vinieron a morar en el corazón de todos nosotros, porque a través del Espíritu ya adoramos al Señor en Espíritu y en verdad, como lo dijo Jesús a la samaritana. Pedimos a Dios que muchos de ustedes puedan visitar Tierra Santa, pues, como dicen algunos entendidos, es como leer y vivir el quinto evangelio.

Loppiano, Italia

Proseguimos nuestro camino pasando por Roma. 

Pedro: Sobre esta piedra ...

Estuvimos en la audiencia de los miércoles con el Santo Padre y luego nos dieron la sorpresa de ir a Loppiano, la ciudad de la fraternidad. Es un pueblo pintoresco, embellecido por un paisaje muy especial y donde se vive una experiencia de comunión que se siente desde cuando se entra al lugar. Loppiano es una experiencia del Movimiento de los Focolares, que fuera fundado por Chiara Lubic. Paseando por todos los lugares de esta obra de iglesia, pedimos al Señor poder vivenciar esta experiencia de comunión en la comunidad de  Hombres y Mujeres de Futuro, fortalecidos cada vez más en el amor recíproco entre todos y proyectada en unos años, cuando Dios lo quiera, en la Villa de Futuro.

El Encuentro Mundial de Familias

Finalmente llegamos a una experiencia universal de comunión: el VII Encuentro Mundial de Familias en Milán. El lema de este gran evento fue “Familia: el trabajo y la fiesta”. Se inició el 30 de mayo con el congreso teológico-pastoral al cual asistimos 3.000 personas. 

El viernes 1 de junio hizo su arribo a Milán su Santidad el Papa Benedicto XVI, para presidir los actos previstos para el encuentro mundial, el cual tuvo sus expresiones máximas el sábado en la noche con la fiesta de los testimonios y el domingo con la gran  Eucaristía presidida por el  Papa. En estos dos días nos congregamos más de un millón de peregrinos de todo el mundo. El encuentro se llevó a cabo en un aeropuerto que ya no estaba en uso y que fue convertido en un gran parque. 

Encuentro Mundial de Familias - Milán, Italia

Es realmente muy emocionante ver gente de tantas partes del mundo, de diferentes lenguas, diversas culturas, Cardenales, Obispos, tantísimos Sacerdotes, familias, niños en cochecitos, jóvenes batiendo banderas, adultos y personas de la tercera edad, lo mismo que personas en sillas de ruedas, todos en un mismo espíritu, en una alegría desbordante fruto de sentir una misma fe, un mismo Espíritu, una misma preocupación por reconstruir todo el tejido familiar y social tan resquebrajado hoy.

La temática del Encuentro

Los énfasis principales se dieron en torno a redescubrir la sacralidad de la fiesta y sobre todo del domingo; tener en cuenta que el trabajo, la familia y la fiesta son tres dones que deben armonizarse.  

Las personas y las empresas no se pueden separar; deben ser aliados para crecer, para valorarse y no para convertir a la persona en una  herramienta que produce y nada más. Se dijo que  la familia no se puede reducir a la sola convivencia de las personas, sino que se debe convertir en una verdadera comunidad donde se aprenda el respeto, la solidaridad, la gratuidad y el servicio.

Eucaristía con SS Benedicto XVI, Milán

Se pidió también dar mucha importancia a las reuniones periódicas, a las comunidades de familia, a las redes espirituales, a la amistad, la convivencia, la solidaridad, al apostolado, a las asociaciones de compromiso civil para proteger la identidad y los derechos de la familia.

Se vislumbraron nuevas luces para las familias en su área laboral, enfatizando que las familias pueden crear pequeñas empresas importantes en la economía global del momento. Se reconoció de manera más contundente el aporte fundamental de la familia en la formación del capital humano.

Fue muy linda la reflexión sobre Proverbios 8, 29-31, donde se muestra cómo Dios crea a la persona con mucho regocijo, en medio de un momento festivo que debe estar siempre en la esencia de todo hombre y mujer. Por eso, se privilegia el valor de las fiestas, del aniversario, de acontecimientos familiares, pero sobre todo de la gran fiesta del domingo, la Eucaristía, preparada con calma, con alegría, en familia, vivida como la Pascua semanal, reflejo de la Pascua Eterna. Esta vivencia genera unidad, amor, fuerza para continuar la semana que será irradiación para ésta profunda vivencia del amor trascendente y del amor humano, del amor expresado en diálogo, en juego, en apoyo mutuo, en perdón y en la vivencia cotidiana de la vida.

Finalmente se proclamó a la ciudad de Filadelfia como lugar del próximo encuentro mundial de Familias, al que esperamos vayan varios representantes de la comunidad. Desde ya pueden iniciar su ahorro y por fe y en el nombre del Señor y si es su voluntad, estaremos en Estados Unidos representando a Colombia en el 2015.

Invitamos a todos a hacer vida lo que la Santa Sede propone en las conclusiones del encuentro, ya que son lineamientos necesarios para contribuir en la evangelización de la familia, tan necesitada en este momento histórico.

De nuestra parte seguimos avanzando con todo el vigor que nos da el Espíritu Santo en la evangelización de la familia, desde el área de hombres, mujeres, parejas, jóvenes y niños y cumpliendo con esa labor tan edificante de ser una comunidad que busca llenarse cada día más de Su presencia.

Isabel y Humberto

P.D. El himno y otras conclusiones sobre el VII Encuentro Mundial de Familia, pueden encontrarlas en las páginas: www.family2012.com – Zenit - Canal de Cristovisión y otros canales católicos.