• La celebración de los 30 años de la publicación hecha por el Pontificio Consejo para la Familia de la carta de los Derechos de la familia, destacando el reto que nos compete como católicos de conocer, vivir y difundir estos derechos. Nos llevamos en el corazón el compromiso de mostrarle al mundo la belleza de la familia. Proclamemos por doquier que la familia es un don de Dios y antojemos a los jóvenes para que busquen la bendición y construyan familias.
  • El papa ha retomado las palabras del beato Juan Pablo II en la exhortación apostólica Familiaris Consortio: "La familia no está formada por una suma de personas, sino que es una 'comunidad de personas'". Un lugar, ha explicado, "donde se aprende a amar, el centro natural de la vida humana". Incluso, continúa, "se podría decir, sin exagerar, que la familia es el motor del mundo y de la historia".La familia es un ambiente en el que se debe transitar el camino hacia la santidad e invitó a los esposos a que nunca se vayan a dormir sin buscar el perdón.
  • Finalmente, se refirió al cuidado especial que merecen los niños y los ancianos.
 
El Papa Francisco, saliéndose del protocolo, ha contado que cuando confiesa a un hombre o a una mujer casada joven y en la confesión sale algún tema sobre el hijo o la hija, él pregunta: "¿cuántos hijos tiene?" y la segunda pregunta que les hace es, "¿usted juega con sus hijos?", "¿'pierde' el tiempo con sus hijos?". Por esto, el papa ha explicado que "también la gratuidad de papá y mamá con los hijos es muy importante: perder el tiempo con los hijos, jugar con los hijos". También ha subrayado que "una sociedad que abandona a los niños y que margina a los ancianos, corta sus raíces y oscurece su futuro". Al respecto, el Papa señaló que "cada vez que un niño es abandonado o un anciano marginado, se cumple no solamente un acto de injusticia, sino que se ve también el fracaso de esa sociedad".
 
Al final tuvimos la grata sorpresa de poder acercarnos al hombre que ha sido escogido por Dios para orientar a nuestra Iglesia en este tiempo. Con el corazón acelerado y la emoción a flor de piel estrechamos sus manos, le presentamos la nueva edición del libro Familias Victoriosas y le pedimos una bendición que él acompañó asintiendo con su cabeza y diciendo: muy bien, sigan adelante.
 
Transmitimos a todos la bendición que nos dio el Santo Padre y les exhortamos a seguir caminando cumpliendo la misión a la que hemos sido llamados.