COMUNIDAD HOMBRES Y MUJERES DE FUTURO

MINISTERIO DE FORMACIÓN

GUÍA DE PREDICACIÓN

Marzo 7 / 2012

 

PROTEGIENDO NUESTRO SER ÍNTIMO

EL PUDOR

 

Objetivo: Profundizar sobre este importante valor, cada vez más decadente en el mundo y en  nuestra sociedad.

 

Introducción:

 

Estamos en tiempo de cuaresma y al tiempo que vamos trabajando los temas que nos propone nuestra Madre iglesia, (Ayuno, oración y limosna) queremos invitarlos para mirar en cada uno de nosotros, cómo el Señor nos ha ido transformando en ciertos aspectos de nuestro ser.

Si cuaresma es tiempo de cambio, de proceso, de transformación, bien vale la pena mirar otros aspectos en que debemos crecer.

 

No deja de ser un tanto arriesgado hablar del pudor y no parecer ridículo, en un mundo donde esta palabra  y este valor, aparentemente está pasado de moda. Nuestro objetivo hoy también es rescatar su significado y el gran valor que tiene para todo ser humano esta maravillosa virtud.

Definición. Según un diccionario corriente, el pudor es: recato, honestidad, castidad.

Pero una definición un poco más profunda nos dice que: el pudor es el hábito y la tendencia a mantener la posesión de la propia intimidad. Es decir que el pudor es un valor que nos inclina a mantenernos en posesión de la propia intimidad para protegerla de extraños. Es por otra parte el modo como una persona se posee a sí misma en lo más íntimo de su ser.

Desarrollo.

El pudor, que se asimila también a la vergüenza, es algo natural en el hombre. Es una reserva espontánea frente a posibles intromisiones en la esfera de la intimidad, de lo personal.

 

Dada estas definiciones anotaremos que el se humano protege su intimidad en función del techo (vivienda), el vestido, y el lenguaje.

En función del Techo: Una de las primeras preocupaciones del se humano es: un techo, una vivienda en donde pueda refugiarse de la intemperie, en donde pueda “estar”, donde pueda descansar, en donde se sienta protegido.

El techo (La vivienda),  nos sirve para proteger la intimidad de las personas que lo habitan. La casa  es el lugar de intimidad de la familia y cuando invitamos a alguien a nuestra casa estamos compartiendo nuestra intimidad, la intimidad de nuestro hogar.

De tal manera que al hábito de la limpieza, del orden y de cuidar el ambiente acogedor de nuestra casa, también se le llama pudor.

 Aplicado al vestido, el pudor en cubrir el propio cuerpo significa que somos poseedores de nuestro propio cuerpo, que no está a disposición de nadie más que de un mismo.

Aplicado al lenguaje: La intimidad  se vive también en las emociones y en nuestros estados de ánimo y en todo lo que constituye nuestra vida afectiva.

El pudor referido al lenguaje, es la tendencia a manejar el hecho de compartir o nó con otras personas mis propias emociones. Puede tratarse también de asuntos reservados como un secreto que alguien nos haya confiado.

Pero también se refiere al cuidado que debemos tener en nuestra comunicación en términos de que sea limpia de vulgaridades y términos soeces.

El pudor también alcanza a otras facetas de la vida, como son los sentimientos, los recuerdos, los pensamientos personales, etc. Por tanto, éste ha de proteger -creando una "reserva"- también los valores espirituales que comparten los cónyuges.

¿Por qué cuidar celosamente  nuestro pudor?

§  Se dice que una persona no tiene pudor cuando su intimidad es del dominio público. Sea por su desinterés ante su falta de techo, por su desfachatez en el vestir o en su forma de hablar.

§  Quebrantar el pudor, la intimidad de una persona es muy grave, pues ésta se siente violentada como si le hubiesen arrebatado algo precioso de sí, pues esta persona ha perdido el señorío sobre sí misma.

§  El pudor y la vergüenza están ligados íntimamente a la autoestima, ya que cuando se violan los primeros se lastima la segunda.

El pudor nos ayuda a cuidar nuestra pureza

El Bautismo confiere al que lo recibe la gracia de la purificación de todos los pecados. Pero el bautizado debe seguir luchando contra la concupiscencia de la carne y los apetitos desordenados. Con la gracia de Dios lo consigue:

mediante la virtud y el don de la castidad, pues la castidad permite amar con un corazón recto e indiviso;

mediante la pureza de intención, que consiste en buscar el fin verdadero del hombre: con una mirada limpia el bautizado se afana por encontrar y realizar en todo la voluntad de Dios (cf Rm 12, 2; Col 1, 10);

mediante la pureza de la mirada exterior e interior; mediante la disciplina de los sentidos y la imaginación; mediante el rechazo de toda complacencia en los pensamientos impuros que inclinan a apartarse del camino de los mandamientos divinos: ‘la vista despierta la pasión de los insensatos’ (Sb 15, 5);

mediante la oración:

Creía que la continencia dependía de mis propias fuerzas, las cuales no sentía en mí; siendo tan necio que no entendía lo que estaba escrito: que nadie puede ser continente, si tú no se lo das. Y cierto que tú me lo dieras, si con interior gemido llamase a tus oídos, y con fe sólida arrojase en ti mi cuidado (S. Agustín, conf. 6, 11, 20).

El catecismo de nuestra madre iglesia nos habla sobre el pudor

2521 La pureza exige el pudor. Este es parte integrante de la templanza. El pudor preserva la intimidad de la persona. Designa el rechazo a mostrar lo que debe permanecer velado. Está ordenado a la castidad, cuya delicadeza proclama. Ordena las miradas y los gestos en conformidad con la dignidad de las personas y con la relación que existe entre ellas.

2522 El pudor protege el misterio de las personas y de su amor. Invita a la paciencia y a la moderación en la relación amorosa; exige que se cumplan las condiciones del don y del compromiso definitivo del hombre y de la mujer entre sí. El pudor es modestia; inspira la elección de la vestimenta. Mantiene silencio o reserva donde se adivina el riesgo de una curiosidad malsana; se convierte en discreción.

2523 Existe un pudor de los sentimientos como también un pudor del cuerpo. Este pudor rechaza, por ejemplo, los exhibicionismos del cuerpo humano propios de cierta publicidad o las incitaciones de algunos medios de comunicación a hacer pública toda confidencia íntima. El pudor inspira una manera de vivir que permite resistir a las solicitaciones de la moda y a la presión de las ideologías dominantes.

2524. Educar en el pudor a niños y adolescentes es despertar en ellos el respeto de la persona humana.

2525 La pureza cristiana exige una purificación del clima social. Obliga a los medios de comunicación social a una información cuidadosa del respeto y de la discreción. La pureza de corazón libera del erotismo difuso y aparta de los espectáculos que favorecen el exhibicionismo.

2526 Lo que se llama permisividad de las costumbres se basa en una concepción errónea de la libertad humana; para llegar a su madurez, ésta necesita dejarse educar previamente por la ley moral. Conviene pedir a los responsables de la educación que impartan a la juventud una enseñanza respetuosa de la verdad, de las cualidades del corazón y de la dignidad moral y espiritual del hombre.

2527 La buena nueva de Cristo renueva continuamente la vida y la cultura del hombre caído; combate y elimina los errores y males que brotan de la seducción, siempre amenazadora, del pecado. Purifica y eleva sin cesar las costumbres de los pueblos. Con las riquezas de lo alto fecunda, consolida, completa y restaura en Cristo, como desde dentro, las bellezas y cualidades espirituales de cada pueblo o edad’ (GS 58, 4)

 

Taller:

¿Consideras que eres una persona pudorosa en tu vestir, o en tu forma de hablar?

¿En tu hogar te ven como una persona pudorosa?

¿Cómo estás cuidando hoy tu pureza?