FUNDACIÓN HOMBRES Y MUJERES DE FUTURO

MINISTERIO  DE MAESTROS - GUÍA DEPREDICACIÓN

Febrero 5 de 2014

La madurez espiritual

1° Cor 3, 1-3

Objetivo:

Llevar a los creyentes a tomar conciencia del nivel espiritual en que se encuentran y motivarlos a que no se queden allí. Hay mucho más Espíritu Santo para el que lo quiera recibir.

Introducción

¿Qué es ser maduro espiritualmente y qué significa ser una persona espiritual?

Existen algunos signos que podrían determinar el nivel de madurez o inmadurez espiritual en que cada uno se encuentra. Debemos recordar que estas son etapas por las que pasa la vida espiritual, pero que podemos avanzar, si así lo queremos.

Desarrollo

El niño espiritual.- Es aquella persona que aunque lleve mucho tiempo “en el camino de Dios”, conserva todavía comportamientos infantiles en la fe, pues no es tan cierto aquello de que se tiene más madurez mientras más se haya caminado.

Es así como encontramos a veces personas de 60 o 70 años que manifiestan actitudes de niñez espiritual y personas más jóvenes con un camino no tan largo que se les ve maduras espiritualmente.

Podemos decir también que la madurez espiritual no tiene que ver solamente con la cantidad de eventos, cursos, seminarios o retiros a los que la persona asiste, por supuesto todo esto ayuda, pero no basta.

El niño en la fe ora, pero la mayoría de las veces ora buscando que la oración le solucione ciertos problemas; esto refleja muchas veces que buscamos más las cosas de Dios, que al Dios amo y Señor de las cosas.

Algunos signos de inmadurez espiritual:

  1. No dejarse guiar por el Espíritu, manteniendo criterios humanos
  2. No preocuparse por recibir alimento espiritual sólido
  3. Mantener divisiones y discordias
  4. Buscar a Dios por lo que Él da y no por lo que Él es
  5. Vivir de las apariencias y quedarnos en ellas cuando comenzamos nuestro camino espiritual.

Así como existen signos de inmadurez, también hay indicadores que demuestran que estamos alcanzando niveles serios de madurez espiritual; desde allí podremos revisarnos y ver en qué punto nos encontramos y cuánto más necesitamos para seguir creciendo espiritualmente:

  • El crecimiento y la madurez espiritual no son resultado de un esfuerzo personal, sino de una acción del Espíritu de Dios.
  • Estabilidad espiritual, esto es no permitir que la emocionalidad maneje nuestra espiritualidad. Esa espiritualidad no puede depender de nuestro estado de ánimo.
  • Coherencia entre lo que se vive y lo que se cree, es la idea fundamental de la madurez espiritual

Manifestaciones de la vida espiritual

La mejor manera de saber en qué nivel vamos espiritualmente hablando, nos lo da el llamado frutero del Espíritu; Gal 5, 22

En cambio el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad, bondad, fidelidad, mansedumbre, dominio de sí;

Fijémonos ahora en la palabra fruto. Éste es el resultado de un proceso; no hemos visto jamás una planta que sembramos hoy y ya mañana tenga frutos; siempre deberemos esperar con paciencia a que broten y maduren los frutos.

Si contamos estos frutos  veremos que son 9, casualmente, 9 son los meses que debe esperar una mujer para dar a luz el fruto de su vientre.

Cuando hablamos del fruto, estamos hablando de aquello que se nota; es decir, cuando nos estamos dejando conducir por el Espíritu, lo que sale a la luz de nuestro comportamiento son estas nueve cosas de las que nos habla San Pablo.

Conclusión

Todo camino espiritual tiene sus etapas y es necesario vivir cada una de ellas. Lo que debemos hacer es reconocer en qué etapa estamos para seguir creciendo hasta la estatura del Varón perfecto, Jesucristo.

 

Bibliografía: EL CRECIMIENTO ESPIRITUAL. P Jhon Mario Montoya