COMUNIDAD HOMBRES Y MUJERES DE FUTURO

MINISTERIO DE MAESTROS - GUÍA DE PREDICACIÓN

Diciembre 3 – 2014

PREPARANDO LA VENIDA DEL SEÑOR

(Lc 2, 6-20)

La virgen da hoy a luz al eterno
y la tierra ofrece una gruta al inaccesible.
Los ángeles y los pastores le alaban
y los magos avanzan con la estrella.
Porque tú has nacido para nosotros,
niño pequeño, ¡Dios eterno!

  (Poema de san Román “el melódico”
Poeta litúrgico nacido hacia el año 490 DC)

Objetivo:

Sensibilizar los corazones de los presentes para preparar la venida de Cristo.

Introducción:

Desde el acontecimiento del pecado de Adán y Eva, Dios omnipotente y misericordioso comienza a crear un plan para nuestra salvación y lo cumple; la Biblia entera da testimonio del cumplimiento cabal de los designios de Dios.

Por esto durante siglos El Padre preparó uno de los más grandes acontecimientos para el ser humano: la venida de su Hijo Unigénito a la tierra para la salvación de todo aquel que le acoja y lo siga.

Desarrollo:

Al celebrar anualmente la liturgia del Adviento, los católicos actualizamos esta espera del Mesías retomando las lecturas que nos hablan de la preparación de la primera venida del Salvador. De esta manera renovamos el ardiente deseo de su segunda venida.

El más grande se hace pequeño

Jesús nació en la humildad de un establo de una familia pobre. Unos sencillos pastores son los primeros testigos del acontecimiento. ¡Asombroso!, en esta miseria se manifiesta la gloria del cielo. El más grande de los grandes se hace pequeño para enseñarnos que es en las cosas pequeñas como se manifiesta la gloria de Dios. No es en el huracán, ni en la tormenta, sino en la brisa suave.

Quizá es esta la razón por la que aún no hemos tenido el encuentro personal con Jesús: estamos esperando el milagro, el acontecimiento estruendoso y extraordinario para comprobar que sí es Dios quien se está manifestando.

Hacerse como niño con relación a Dios es la condición para entrar en el Reino. Para eso es necesario abajarse, hacerse pequeño.

Hacerse como niño es vivir abandonados en las manos del Padre, es confiar en Él, entregarle el control de nuestra vida, de todas las áreas de nuestra vida: del área económica, del área afectiva, de la salud, del área económica, etc. 

Hacerse como niño es creer en sus promesas, es entender que tiene un plan para cada uno de nosotros y que no debemos estorbarle para su realización.

Nacer de lo alto

Para que el misterio de la navidad se haga realidad es necesario nacer de lo alto, nacer de Dios. El misterio de la navidad se realiza en nosotros cuando Cristo “se encarna” y toma forma en nosotros. Navidad es el misterio de este acontecimiento admirable.

Tal como El Santo Espíritu de Dios lo hizo con María, La Madre, quiere hacerlo contigo. El Espíritu del Resucitado quiere engendrar al Hijo de Dios en ti y hacerlo crecer para que tú lo des a luz y Él pueda continuar su obra salvadora.

San Juan lo siente de una manera apremiante y nos dice “es preciso que él crezca y que yo disminuya” (Jn 3,30).

El adviento es un tiempo de preparación para este acontecimiento maravilloso. Tiempo en el que festejamos y celebramos reunidos en familia, pero qué bueno que lo hagamos con esta conciencia de que Él ya nació en nosotros, ya tomó forma en nosotros y festejamos y celebramos esa navidad. No solo recordamos y celebramos que el Mesías llegó para salvarnos, sino que festejamos y celebramos que ya vive en cada uno de nosotros para completar su obra salvífica: llevar a cabo el designio del Padre Eterno.

Conclusión:

Ya llega el Salvador, “ven, ven Salvador nuestro por quien suspiramos” cantamos en este tiempo, como tratando de hacer conciencia de que Él ya vino, que la salvación está servida para todos y de que Él solo está esperando un resquicio en nuestro corazón para llenarlo. Hazte como niño y lánzate a sus brazos amorosos abiertos de par en par para ti. Este es un tiempo de esperanza por excelencia, vívelo y participa con tu familia.

Bibliografía
X. LÉON DUFOUR- VOCABULARIO DE TEOLOGÍA BÍBLICA
CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA