Comunidad Hombres y Mujeres de Futuro
Guía de Predicación

Perseverar En El Camino Cristiano

Flp 3, 12-16

Abril 22 - 2015

Objetivo

Mostrar del fruto de la perseverancia en el camino cristiano, como herramienta de crecimiento espiritual para asumirla como norma de vida en el quehacer presente, histórico, comunitario y familiar del discípulo de Jesucristo.

Introducción

La perseverancia es uno de los dones más maravillosos y hermosos de la vida cristiana y del discipulado en la persona de Jesucristo porque refuerza las bases, los fundamentos, las estructuras que aseguran el llegar a la meta (Cf. Hb 12,1-4) que se haya propuesto en la iniciación del proceso en el seguimiento de Jesucristo: El ser humano es un ser en proyecto, un ser inacabado, un ser que se está haciendo, un ser perfectible[1]. Es decir, el discípulo es un ser que se está perfeccionando en su naturaleza humana, vocación y capacidad. Para ello, necesita perseverar.

Existe una frase muy común que reza: “Persevera y triunfarás”. De aquí se deduce que la perseverancia es un fruto que puede llevar al cristiano hacia el triunfo, de una vida llena de abundancia (Cf. Jn 10, 10b) y bendición para su discipulado, su familia, su servicio, su comunidad y sociedad. Las personas que perseveran son aquellas que a pesar de sus errores, fracasos, limitaciones u obstáculos que se interponen en el camino de la vida cristiana, logran alcanzar lo que quieren, lo que desean, siguiendo la voluntad de Dios y aprendiendo de sus errores para capitalizarlos en acciones concretas que serán escalones para subir y continuar en la búsqueda de sus objetivos, en la senda de la vida y de la historia realizar.

Desarrollo

o   ¿Qué significa perseverar?

Algunas traducciones de la Biblia, escriben longanimidad (en latín, longos, largo + animus, alma= largo sufrimiento), para referirse a la perseverancia, la cual ayuda mantenerse fiel, constante, siempre adelante, permaneciendo (Cf, Jn 15, 1-11) en el camino cristiano en un corto, pero a su vez largo plazo. La perseverancia impide que las barreras del aburrimiento y la pena que proviene de la espera, de la lentitud, y la duración del bien no se levanten para obstaculizar el camino al que ha sido llamado el discípulo de Jesucristo en la historia de la humanidad.

La longanimidad o perseverancia como fruto de la persona del Espíritu Santo (Cf. Gál 5, 22s), es semejante a la paciencia (paz y ciencia) porque abre el corazón a la disposición estable, sin quejas, excusas, amarguras, sino por el contrario, se busca alcanzar las metas apostólicas que se han propuesto quien le ha dicho sí al Señor.

o   ¿Por qué perseverar en el camino cristiano?

En el servicio a la comunidad, el discípulo del Señor se propone metas altas, a la medida del querer y la voluntad de Dios, que es buena, perfecta y agradable (Cf. Rm 12, 1-12). Si los resultados son pequeños aparentemente, la persona perseverante, no deja de utilizar los medios humanos y divinos para alcanzar constancia y mantenerse firme en el camino cristiano. Jesús enseñó a sus discípulos la importancia para alcanzar la salvación: Pero el que persevere hasta el fin, ése se salvará (Mt 24, 13). Sin perseverancia no se puede alcanzar la salvación, la humanización, después de todo se trata de un acto realizado por el Amor de Dios por medio de su Hijo Jesucristo.

Para la perseverancia, se cuenta con un esfuerzo diario, sin pausas, para que la tarea del discipulado pueda llegar a dar frutos. Sin alguna vez éstos parecen tardar o si el apostolado pareciera estéril, el mismo Espíritu Santo se encargará de mostrar y hacer entender que quien trabaja con rectitud y esfuerzo, su intención no quedará en vano. En efecto, la perseverancia, se presenta como un camino en el desarrollo de la esperanza. Quien no confía en el Señor, y todo lo ve pesimistas y oscuro, negativo y sin compasión, sólo logrará que su discipulado se detenga, aunque la misión continúe pues, la obra del Señor no se fundamenta en el discípulo, sino con las fuerzas que proceden del mismo Dios.

o   ¿Pará qué perseverar en el camino de la vida cristiana? ¿Tiene algún sentido o realización?

La vida del discípulo, en el camino cristiano es amar, y el amar exige perseverancia para llegar hasta el final, y convertirse así en una perfección. De aquí que el discipulado no estará ausente de dificultades, pero éstas no justifican la deserción, el abandono del servicio que el buen Dios le ha encomendado. En la vida cristiana los problemas no son negociables, por ello, perseverar en el camino cristiano, es cerrar la puerta a la traición, a las tinieblas, a las oscuridades que pueden impedir continuar hacia la verdadera vida, que es eterna, al compromiso maduro y adquirido libremente para ser portador de Buenas Noticias.

En Hechos de los Apóstoles, se señala que los apóstoles del Señor perseveraban en la oración (Cf. Hch 1, 14). La perseverancia es duración y oración, pues quien ora persevera. Sin embargo, en toda relación comunitaria, familiar y social, trae complicaciones en las que se llega a expresar frases como: no quisiera seguir este compromiso, me gustará más otro camino, un otro ministerio. Lo cual haría de la perseverancia no una opción que procura cosas y grandes alegrías, sino un camino truncado y sin esperanza. La perseverancia en el camino cristiano, es una opción por el amor, éste que mueve e impulsa siempre hacia adelante, sin perder la mirada en la persona de Jesús.

o   ¿Qué sucede cuando un discípulo del Señor no tiene o no siente la capacidad para actuar mediante la perseverancia?

Para alcanzar grandes bendiciones, se necesita de mil fracasos y de muchos esfuerzos. Por ello, si en el camino cristiano se siente incapaz de sí mismo, destruido o pierde la confianza, debe recordar que la tarea evangelizadora, la misión pide perseverancia para interpretar los fracasos, y sobre todo para interpretar el sentido y la realización, como verdaderos discípulos del Señor en el camino de la vida cristiana. Algunos hombres de la Biblia dejaron de perseverar: Judas (Mt 27, 4-5); Ananías y Safira (Hch 5, 1-9), lo cual al renunciar se dejaron llevar por el pecado y la perdida de estar en la comunión con Dios. Otros por el contrario, perseveraron, y lograron grandes sueños: Jesús en las tentaciones (Mt 4 10-11), Pablo quien exhortaba (Hch 13, 43)

o   ¿Qué logros alcanza el discípulo de Jesús que persevera?

La perseverancia, como maravilla en el camino del discípulo, ayuda al cristiano a superar las pruebas, las tribulaciones de la vida espiritual cristiana (Cf. Rm 12,12). Le da victoria y la confianza en su vida como discípulo del Señor (2Tim 4,7). Dice el refrán: El que persevera alcanza. De manera que de nada sirve, si al empezar algo con mucho entusiasmo, no se le agrega perseverancia. La mitad de los anhelos de la vida cristiana, se quedan en el inicio, en deseos o sueños ideales, porque se careció de perseverancia.

Un logro de la perseverancia es la firmeza, la constancia, en la ejecución de los propósitos y en las resoluciones del ánimo. Todo lo que se emprenda en el camino cristiano, sea personal, espiritual, intelectual, comunitario o familiar, tiene que pasar por la perseverancia,  pues sin ella, lo emprendido se diluirá como agua entre las manos. La perseverancia lleva a los triunfos, pero éstos son solamente el comienzo de nuevos esfuerzos, en los que se necesita perseverar.

La perseverancia no busca responsables cuando se fracasa, como tampoco atiende a centrarse en las derrotas, sino que por el contrario, se mira así mismo y mira cuál pudo ser la falla, se levanta y sigue adelante; la perseverancia hace del discípulo una persona disciplinada integralmente. Nadie podrá cultivar su mente, si pretende leer todo en un día. No es suficiente, necesita de perseverar en la lectura diaria, y disciplinada para crecer. Todo camino o proyecto pide disciplina y perseverancia, aun cuando lleguen los cansancios, las fatigas, las incertidumbres, las flojeras o los desganos.

El camino del cristiano, pide perseverancia, y no aquello que los medios de comunicación han querido a través de frases publicitarias mostrar a los hombres y mujeres, la ley del mínimo esfuerzo. De manera que el discípulo al fijarse objetivos claros, debe agregar siempre la perseverancia para no declinar ni estancarse en su discipulado, y así correr a la meta. Seguros de que le esperan muchas bendiciones para él, como para todos los que hacen parte de su vida y de su historia (Cf. 1Cor 9, 24-26).

Muchos santos rogaron al Señor perseverancia para poderse sostener en el camino, como ellos, ruega tú también al Señor que te mantenga firme para llegar con Él a la meta final.

Conclusión

Los discípulos del Señor entienden que si desean algo en su caminar como cristianos, han de hacerlo de  la mano de la perseverancia. Comprender que el revés de las circunstancias, solamente son pasos para continuar. Cada esfuerzo que se le agregue al camino cristiano hará del discípulo una persona más experta y hábil, lo cual a la larga se convierte en una construcción del Reino y la contribución a un mundo más humano y solidario. Por supuesto que la perseverancia por alcanzar objetivos no se fundamenta en conseguir cosas que no le hacen feliz, sino sólo le darán placer pasajero. Por tanto, si persistes en aprender más de lo que ya sabes, podrás beneficiarte de nuevas herramientas que serán aplicadas a la vida cristiana, y así aportarás un grano de arena a la humanidad de la que tú eres parte y podrás dar orientación para que disfrute de los beneficios de Dios.

Taller

o   ¿Se puede llegar a ser un buen discípulo del Señor en el caminar cristiano, cuando sólo se es superficial?

 

BILBIOGRAFÍA

Biblia de Jerusalén
MARÍN,G. Carlos. Escuela y Familia ¿educan en valores? Ideas para una propuesta pedagógica. Paulinas, Bogotá- Colombia, 2004.
MAZARIEGOS, Emilio. En busca del hombre herido. Paulinas, Bogotá Colombia 2000.
MORALES,Hollmann. A puro pulso. Intermedio editores. Bogotá- Colombia 1999.
REYES, Gabriel. Siguiendo a Jesús. Editorial carrera, Bogotá Colombia



[1] MARÍN, G. Carlos. Escuela y Familia ¿educan en valores? Ideas para una propuesta pedagógica. Paulinas, Bogotá- Colombia, 2004. Pág. 46