FUNDACIÓN HOMBRES Y MUJERES DE FUTURO

Guía de Predicación, Diciembre 9 - 2015

¿QUÉ SENTIDO TIENE EL ADVIENTO PARA TI?

 

Objetivo

Sintonizar la vida de cada uno de los que nos escuchan, con el tiempo litúrgico que estamos viviendo, en este caso el Adviento. La iglesia nos ayuda a vivir nuestra fe con estos tiempos, que nos marcan la pauta de cómo debemos integrar la vida diaria y la fe.

Introducción

El Adviento y la Navidad han experimentado tal incremento de su aspecto externo y festivo profano, que en el seno de la Iglesia surge una aspiración a un Adviento auténtico, recordándonos cuál es el núcleo de tal acontecimiento. El ánimo  festivo por sí solo, carente de fundamento, se convierte en un motivo más de dar respuesta al mundo en su exigencia de consumismo de toda índole, con resultados muchas veces de sentimientos de vacío y tristeza: gastos extras, quizá deudas y hasta problemas de salud por excesos en el alcohol o en las comidas, etc.

Esto es precisamente lo que nos hace reflexionar y preguntarnos ¿Cuál es entonces el núcleo de la vivencia del Adviento?

Desarrollo

Podemos tomar como punto de partida la palabra «Adviento»; este término no significa «espera», como podría suponerse, sino que es la traducción de la palabra griega parusía, que significa «presencia», o mejor dicho, «llegada», es decir, presencia comenzada. En la antigüedad se usaba para designar la presencia de un rey o señor. Es decir, que el Adviento significa la presencia comenzada de Dios mismo. Por eso nos recuerda dos cosas: primero, que la presencia de Dios en el mundo ya ha comenzado, y que Él ya está presente de una manera oculta; en segundo lugar, que esa presencia de Dios acaba de comenzar; aún no es total, sino que está en proceso de crecimiento y maduración. Su presencia ya ha comenzado, y somos nosotros, los creyentes, quienes, por nuestra voluntad, hemos de hacerlo presente en el mundo. Es por medio de nuestra fe, esperanza y amor, con nuestra forma de vivir esa fe, esa esperanza y ese amor como Él quiere hacer brillar la luz continuamente en la noche del mundo.

Por medio de nosotros los creyentes que tenemos la certeza consoladora de que «la luz del mundo» se ha encendido ya en la noche oscura de Belén y ha cambiado la noche del pecado humano en la noche santa del perdón divino; por otra parte, la conciencia de que esta luz solamente puede —y solamente quiere— seguir brillando si es sostenida por aquellos que, por ser cristianos, continúan a través de los tiempos la obra de Cristo. La luz de Cristo quiere iluminar la noche del mundo a través de la luz que somos nosotros; su presencia ya iniciada ha de seguir creciendo por medio de nosotros.

El acontecimiento de Belén, ese inicio que se dio allí la noche de navidad, ha de ser en nosotros inicio permanente. Aquella noche santa es nuevamente un «hoy» cada vez que un hombre permite que la luz del bien haga desaparecer en él las tinieblas del egoísmo, del odio, de la envidia, de la violencia, etc. El niño ‑ Dios nace allí donde se obra por inspiración del amor del Señor, donde se hace algo más que intercambiar regalos.

Esto es precisamente lo que la iglesia quiere que vivamos por esta época: permitir que se suceda nuevamente en cada uno de nosotros el acontecimiento de Belén de Judá, que nazca el redentor en cada corazón, para que brille su luz en donde el ser humano no ve sino tinieblas.

Alegraos en el Señor

Alegraos, una vez más os lo digo: alegraos (Flp. 4, 4)

El sentido del adviento es un sentido de alegría, esencialmente por esa presencia comenzada que debemos estar viviendo, pero, ciertamente, la alegría de Cristo no es tan fácil de ver como el placer banal que nace de cualquier diversión y esto es lo que nos quiere decir san Pablo en este texto.

El apóstol evidentemente cree que toda verdadera alegría está en el Señor, y que fuera de Él no puede haber ninguna. Y de hecho es verdad que toda alegría que se da fuera de Él o contra Él no satisface, sino que, al contrario, arrastra al hombre a un remolino del que no puede estar verdaderamente contento. Por eso aquí se nos hace saber que la verdadera alegría no llega hasta que no la trae Cristo, y que de lo que se trata en nuestra vida es de aprender a ver y comprender a Cristo, el Dios de la gracia, la luz y la alegría del mundo. Pues nuestra alegría no será auténtica hasta que deje de apoyarse en cosas que pueden sernos arrebatadas y destruidas, y se fundamente en la más íntima profundidad de nuestra existencia, imposible de sernos arrebatada por fuerza alguna del mundo.

Estar preparados

«En el capítulo 13 que Pablo escribió a los cristianos en Roma, dice el Apóstol lo siguiente: “La noche va muy avanzada y se acerca ya el día. Despojémonos, pues, de las obras de las tinieblas y vistamos las armas de la luz. Andemos decentemente y como de día, no viviendo en comilonas y borracheras, ni en amancebamientos y libertinajes, ni en querellas y envidias, antes vestíos del Señor Jesucristo...”. Según eso, Adviento significa ponerse en pie, despertar, sacudirse del sueño, sacudirse de lo inmanente para despertar a lo trascendente, pues quien se hunde en lo material, permanece en la oscuridad, sin verdad.

Despertarse del sueño significa sublevarse contra el conformismo del mundo y de nuestra época, sacudirnos, con valor para la virtud de la fe,

Estar despiertos para Dios y para los demás hombres: he ahí el tipo de actitud a la que se refiere también el Adviento, la actitud que descubre la luz y proporciona más claridad al mundo».

Conclusión

Hoy el Señor nos está invitando a dejar de lado lo banal y superfluo de lo que significa para el  mundo en general el Adviento y la Navidad. Hoy nos está diciendo que “Adviento” es una forma  de vida, es la actitud que Él espera de cada uno de nosotros para que pueda brillar Su luz en el mundo entero.

Adviento es vivir esa presencia comenzada de Dios en la vida de cada uno de sus creyentes, que conoce la historia y vive en la certeza de una eternidad bienaventurada.

Taller

§  ¿Qué sentido tiene ahora el Adviento para ti?

§  ¿Qué cambios debe haber en tu vida para que Él pueda hacer brillar Su luz en ti?

 

Bibliografía

www.Aciprensa.com.:Sentido del Adviento (palabras de Josef Ratzinger)

Diccionario de la Biblia Xavier Pikaza