JMJ Río 2013 - CopacabanaEstos días de preparación, nos disponían para el anhelado  encuentro con el papa Francisco, servidor humilde a quien Dios puso como cabeza visible, y pastor de nuestra iglesia. Aunque en principio,  nuestra motivación principal era  verle pasar cerca de nosotros,  después de su primera homilía en aquella playa de Copacabana entendimos el propósito esencial de su presencia en aquel lugar: Llevar a nuestros corazones el mensaje de esperanza y amor de Jesús que por medio del Espíritu Santo reaviva y fortalece la Fe de la Iglesia. Sus palabras cortas, pero contundentes, sencillas y a la vez precisas hincharon de emoción el corazón de 3.7 millones de jóvenes  que a pesar del frio, la lluvia y el cansancio permanecíamos firmes y alegres en el corazón de Rio de Janeiro.
 
A partir de ese día tuvimos tres grandes encuentros con el santo padre: El viacrucis, la vigilia  y la eucaristía de envío y clausura. Era inevitable que el corazón se llenara de emoción y felicidad al ver aquella playa de Copacabana abarrotada de jóvenes católicos celebrando en unidad la fe en Cristo Jesús en medio de aplausos, cantos, danzas y oración. Sorprendidos por el excelente trabajo que nuestros hermanos organizadores realizaban en aquella maravillosa tarima, el talento de nuestros músicos católicos y los sabios mensajes del papa Francisco, dábamos gracias a Dios porque nos permitía estar allí y poder gritar al mundo a una sola voz,  he aquí  ¡La Iglesia Viva, la Iglesia Joven!
 
Durante la mañana del 28 de Julio, aunque con cierto sabor a nostalgia por ver que se acercaba el día de partir, recibíamos también las palabras alentadoras de Jesús que nos enviaba como jóvenes valientes a llevar el evangelio a cada uno de nuestros países y reavivar nuestra fe en nuestras comunidades y aún fuera de ellas:
 
“¿Adónde nos envía Jesús? No hay fronteras, no hay límites: nos envía a todos. El evangelio no es para algunos sino para todos…No tengan miedo de ir y llevar a Cristo a cualquier ambiente”. (Papa Francisco). 
Papa Francisco - JMJ Rio 2013
 
Entre abrazos y sonrisas, nos despedíamos de nuestros nuevos amigos y hermanos peregrinos. Ninguna maleta hubiese sido lo suficientemente grande para empacar todas las enseñanzas, aventuras y recuerdos que esta Jornada Mundial de la Juventud nos dejó en el corazón. Así terminaba nuestro peregrinar, pero empezaba una gran misión como jóvenes servidores del Señor y misioneros. Oremos pues, para que esta gran experiencia de fe se traduzca de manera personal en nuestra vida cotidiana, en nuestras decisiones y en nuestros actos como verdaderos jóvenes e hijos de Dios.
 
 “Los jóvenes son el campo de la fe, los atletas de Cristo, los constructores de una iglesia más hermosa y de un mundo mejor”.
Papa Francisco - JMJ RIO 2013