Introducción

 Reconciliar: Volver a las amistades, o atraer y acordar los ánimos desunidos.

Sinónimos: apaciguar, desenfadar, conciliar, avenir, arreglar, amistar, amigar, interceder, mediar, contentarse. (RAE)

Aprender a cerrar ciclos y perdonar no es olvidar, sino dejar ir; es un proceso de liberación que nos permite sanar, seguir creciendo y avanzar hacia un futuro más pleno y saludable emocional y espiritualmente. 

“El que pone la mano en el arado y sigue mirando atrás, no sirve para el reino de Dios.” (Lc 9, 62)

Qué es un ciclo sin cerrar

Es una experiencia que, aunque haya quedado en el pasado, sigue dando vueltas en la mente, generando sentimientos de tristeza, rabia, miedo, culpa y añoranza. Afectan el carácter, la autoestima y hasta la seguridad personal, convirtiéndose en un lastre que impide avanzar en la vida con libertad.  

A veces por muchas razones pareciera que tu mente queda atrapada en un ciclo de la vida no resuelto o no sacado a la luz. Cerrar un ciclo incide de manera directa en lo que se hará en el futuro. Es importante aprender a cerrar ciclos para seguir adelante y evitar quedarnos estancados. El cierre de un ciclo puede implicar pérdidas y duelos. Con frecuencia hay resistencia, consciente o inconsciente, a enfrentarlos y cerrarlos. 

Existen diferentes tipos de ciclos que se quedan abiertos. Algunos ejemplos te ayudarán a identificarlos: Una relación que se terminó y todavía se añora; estudios que no se concluyeron o no se pudieron hacer; la pérdida de un trabajo, fracasos económicos; distanciamiento con familiares o amigos por ofensas, maltratos, abusos, injusticias, infidelidades o rumores; deudas que no se han pagado o personas que te quedaron debiendo.

Eclesiastés 3, 1-8:

1 En este mundo todo tiene su hora;
hay un momento para todo cuanto ocurre:

2  Un momento para nacer, y un momento para morir.
Un momento para plantar, y un momento para arrancar lo plantado.

3  Un momento para matar, y un momento para curar.
Un momento para destruir, y un momento para construir.

4  Un momento para llorar, y un momento para reir.
Un momento para estar de luto, y un momento para estar de fiesta.

5  Un momento para esparcir piedras, y un momento para recogerlas.
Un momento para abrazarse, y un momento para separarse.

6  Un momento para intentar, y un momento para desistir.
Un momento para guardar, y un momento para tirar.

7  Un momento para rasgar, y un momento para coser.
Un momento para callar, y un momento para hablar.

8  Un momento para el amor, y un momento para el odio.
Un momento para la guerra, y un momento para la paz.

“Ahora dice el Señor a su pueblo: «Ya no recuerdes el ayer, no pienses más en cosas del pasado. Yo voy a hacer algo nuevo, y verás que ahora mismo va a aparecer. Voy a abrir un camino en el desierto y ríos en la tierra estéril”. 

(Isaías 43, 18-19, DHH)

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Cerrar ciclos y sanar el corazón
P. Wilson Javier Sossa, cjm.
Vida Nueva Digital, 16/04/2024

Consideraciones para cerrar ciclos.

A.   No improvisar nada en la vida

Uno puede improvisar algunas cosas en la vida, pero no todo se deja al azar, la vida tiene ciclos que se construyen, un proyecto, una empresa, un emprendimiento, una misión, una carrera, una vida, una obra, una familia… todo esto va ayudándonos a pensar que como seres pasajeros en el mundo estamos para brillar y sacar lo mejor de sí en cada ciclo que abrimos, proyectamos y cerramos en la vida.

Cada ciclo representa una nueva oportunidad que nos da la misma vida. El ciclo de la pandemia a muchos nos generó miedo, pero lo interesante es que nos dejó muchos aprendizajes. Ahora uno sonríe y hace bromas de estos sucesos superados, pero que marcaron la vida y que, gracias a la respuesta eficaz de personas impecables en la salud, se evitaron muchas muertes y aprendimos a valorar la vida cuidándola como un ciclo fundamental que todos debemos aprovechar.

B.   Reconciliarnos con el pasado y el presente

Hay que aceptar la realidad, el presente. Reconciliarnos es un objetivo de nuestra Iglesia, fundados en la Palabra de Dios, porque ella nos invita a un caminar en torno al perdón. Herimos de muchas maneras: una sola actitud, un comportamiento xenofóbico aprendido o repetido por tradición, no nos deja superar estas realidades difíciles en la vida.

Pero al cerrar ciclos, debemos estar preparados para perdonar. Hay muchas personas que no saben perdonar, y se justifican diciendo: “yo perdono pero no olvido”. Es normal que nuestra memoria conserve o guarde la ofensa, pero la gracia del perdón nos ayuda a recordar sin odio, sin sed de venganza, sin miedos o temores… recordamos porque es algo que no se olvida, pero me puede llevar a sanar en la memoria esa ofensa.

C.   Mirar hacia adelante la misma vida con esperanza

La mujer de Lot: El ciclo de Sodoma y Gomorra

Gén 19:17 Cuando ya estaban fuera de la ciudad, uno de los ángeles dijo:

¡Corre, ponte a salvo! No mires hacia atrás, ni te detengas para nada en el valle. Vete a las montañas, si quieres salvar tu vida.  26 Pero la mujer de Lot, que venía siguiéndole, miró hacia atrás y allí mismo quedó convertida en una estatua de sal.

Los ciclos pasan, no podemos detenernos en el tiempo o en la vida por más que queramos.

D.   Soltar, dejar ir y desprenderte

Un buen ejemplo es cuando se muere un ser querido, debemos soltarlo por más que duela, no podemos hacer nada, quisiéramos que estuviera con nosotros, pero no podemos devolverlo a la vida, ya no vuelve. Soltar es cerrar el ciclo y dejarlo ir como una manera de amar sin retenerlo.

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Pasos para cerrar ciclos

  1. Preparación: Leer las citas bíblicas propuestas en el comienzo. Ora y medita esta Palabra de Dios y pide la guía, la sabiduría y la fuerza del Espíritu Santo.
  2. Reconocimiento: Elaborar una lista de los ciclos sin cerrar que identificas en tu vida. Al frente de cada uno, escribe si aún puedes hacer algo para cerrarlo.
  3. Reparación: Si es posible, hablar con las personas para aclarar las cosas, pagar las deudas, pedir perdón, perdonar, retomar el proyecto.

Si físicamente no se puede hacer nada, dar el paso de aceptar la realidad. Invocar de nuevo la acción del Espíritu Santo. Tomar cada uno de los puntos de la lista y según sea el caso, expresa en oración tu arrepentimiento, pide perdón a Dios, entrégale los sentimientos de rabia, tristeza, miedo y culpa.

  1. Cierre: Repasar cada uno de los temas y aceptar que es algo que ya pasó, que no se puede cambiar, luego pronunciar con fe, con seguridad y convicción la siguiente frase sanadora:  “Me dolió, pero ya pasó”. Por ejemplo:
    • Perdí un buen trabajo, me dolió, pero ya pasó.
    • Presté un dinero y no me lo pagaron, me dolió, pero ya pasó.
    • Quise ser piloto y la vista no me sirvió, me dolió, pero ya pasó. 

Conclusión

Aprender a cerrar ciclos y perdonar no es olvidar, sino dejar ir; es un proceso de liberación que nos permite sanar, seguir creciendo y avanzar hacia un futuro más pleno y saludable emocional y espiritualmente.

Orar dando gracias por los ciclos que se podrán cerrar.