Fundación Hombres y Mujeres de Futuro
Guía de predicación marzo 3 al 8 - 2025
SANTIFICAR EL DESCANSO, UN REGALO PARA TI.
Tercer Mandamiento, Santificar las fiestas.
Texto base: Levítico 23; Ex 20.
Objetivo
Profundizar en el conocimiento de lo que significa la Santificación de las Fiestas, mirando tanto en Antiguo Testamento como en Nuevo Testamento, especialmente la Fiesta del sábado, y aprender lo que nos enseña Jesús sobre este día.
Introducción
Los Diez Mandamientos inician con el: “Yo Soy el Señor, tu Dios que te he sacado del País de Egipto, del lugar de esclavitud” (Ex 20,2 ss). Estos Mandamientos los entregó Dios al Pueblo de Israel por medio de Moisés en el monte Sinaí. El capítulo 23 de Levítico nos enseña el ritual para las fiestas del año; determina el ciclo de las fiestas que a lo largo del año expresaban y reforzaban la unión del Pueblo de Israel con el Dios de la Alianza.
Desarrollo
La Santidad de las fiestas: La Santidad es el principio fundamental del libro de Levítico “Sean Santos como Yo soy Santo” (Lv 19, 2). La santidad es entendida como una dimensión fundamental de la existencia humana. No se limita al ámbito religioso, sino que abarca todas las áreas de las relaciones humanas: la relación con el entorno social, el ambiente comunitario y el universo Natural. De hecho, el llamado a la santidad aparece en medio del llamado a la justicia (Lv 19, 1-37), enmarcado por el “Código de Santidad” (Lv 17-26).
La característica fundamental de la santidad es que nos permite participar de la vida Divina. Dios nos comunica su amor, su justicia y su gracia, y esa comunicación nos santifica, nos hace partícipes de lo que Él es. La santidad humana es entonces, una respuesta a la propuesta divina.
La santidad es una experiencia de comunión que lleva a establecer relaciones justas, fraternas y solidarias con los hermanos y hermanas y, al mismo tiempo, a vivir una vida consagrada al Señor. La santidad permite establecer vínculos que no se basan en el lucro, la manipulación, la ambición o el egoísmo.
Algunas Fiestas:
El sábado. Día de estricto descanso semanal. Comenzaba el viernes a la caída del sol y terminaba el sábado a la misma hora.
La Pascua. Se celebra en primavera, el 14 de Nisán (mes que corresponde parte a marzo, parte a abril).
Pentecostés o fiesta de las siete semanas.
Expiación o Perdón (en hebreo Yom Kippur).
Tabernáculos (Tiendas o Enramadas).
Santificar el sábado: “Seis días se trabajará, pero el séptimo día será de gran descanso, reunión sagrada. No harán en él trabajo alguno. Será descanso consagrado a Yahvé donde quiera que habiten.” (Lv 23, 3-4). El tercer Mandamiento establece un día de descanso por semana. El reposo semanal es para recordar a Dios creador que trabajó seis días y descansó el séptimo; también para recordar las maravillas que Dios hizo en la liberación de su Pueblo de Egipto (Dt 5, 15). Se instituye para pensar en el proyecto que Dios desea realizar con nosotros desde la creación. Nos recuerda nuestra misión de seres creativos como Dios es creativo y creador de seres liberados y continúa siendo liberador. El sábado se establece para pensar en el valor del trabajo humano. El descanso y reposo del feriado es consagrado al Señor.
Jesús fue acusado de ser ateo, Hombre sin Dios por no observar el sábado (Jn 9,16). En los tiempos de Jesús, los escribas y los fariseos transformaron la ley del sábado en ley opresora (Faraónica); en vez de servir a la vida, servía a la muerte (Mt 3, 4). Jesús denuncia la desviación de la ley, y coloca nuevamente el sábado al servicio de la vida y del ser humano (Mc 2, 27). Las necesidades del pueblo están por encima de la ley del sábado. Enfrentándose a la doctrina de los escribas y fariseos, muestra a Dios creador (Jn 5, 17) y a Dios liberador (Lc 13, 12-16). Jesús defiende la vida y no la muerte.
La Iglesia, por tradición Apostólica que trae su origen del mismo día de la Resurrección de Cristo, celebra el Misterio Pascual cada 8 días el Domingo, día del Señor (1 Pe 1, 3-5). Este día es la fiesta primordial que se debe presentar e inculcar a los fieles, de modo que sea día de alegría, de liberación y de culto a la Santidad Divina.
Conclusión
Santificar las fiestas es dar un sentido de unión con Dios al descanso merecido, y a la necesaria convivencia; es celebrar el amor de Dios por nosotros.
Taller
- ¿Recibes el amor de Dios cuando asistes a la Eucaristía?
- ¿Realmente consagras las fiestas religiosas a tu comunión con el Señor?