COMUNIDAD HOMBRES Y MUJERES DE FUTURO
GUÍA DE PREDICACIÓN

Abril 1° -2015

Hacer Vida La Palabra

(HB 4,12-13)

Objetivo

Comprender que la Palabra de Dios es una experiencia que se debe vivir en carne propia en la relación con los demás, comunidad, familia, sociedad; que aunque es necesario, no es suficiente con el testimonio de otras personas a cerca de lo que es vivir la Palabra de Dios. Para vivir como discípulo de Cristo necesitamos hacer vida la Palabra.

Introducción

Dios ha querido desde siempre revelarse a su pueblo y desde antiguo lo ha hecho por medio de sus manifestaciones. Una de esas manifestaciones es la creación; la creación nos habla de Dios y Dios nos habla a través de ella. Toda la creación es huella imborrable del creador. Otra manifestación es la Biblia; Dios, en el Antiguo testamento, habla a su pueblo y a todos los hombres por medio de algunos privilegiados escogidos para trasmitir su Palabra, estos son los profetas y para todos ellos, la Palabra de Dios es lo que determina el sentido de su vida.

La concepción de la Palabra divina como Ley y regla de vida se remonta a los orígenes mismos de Israel. Desde el momento mismo en que Moisés da al pueblo las tablas de la Ley, ésta toma conciencia de que Dios habla y quiere dirigir el destino de su pueblo, de la esclavitud a la liberación total, del pecado a la salvación; por esta razón los sabios y los salmistas vieron en ella la fuente de la felicidad.

Desarrollo

1.    Jesús, la Palabra hecha carne

Si en el Antiguo Testamento nos habla el Señor por medio de sus profetas, en el nuevo testamento nos habla el Padre por medio de su Hijo (cf. Hb 1,1-2).

Así pues, Jesús en cuanto verbo existía en Dios desde el principio y Él mismo era Dios (Jn 1,1s) era la palabra creadora en que todo fue hecho, la palabra iluminadora que brillaba en las tinieblas del mundo para aportar a los hombres la revelación de Dios.

Dios entra abiertamente en la historia de su pueblo y de todos los seres humanos haciéndose carne; vino a ser para los hombres objeto de experiencia concreta, de modo que todos nosotros pudiésemos ver su gloria. (Jn 1,14).

Así pues, la Palabra de Dios no es un conjunto de normas, requerimientos o sugerencias, la Biblia es la revelación del querer de Dios a los seres humanos, es la manera como Dios nos dice qué clase de seres humanos debemos ser y la última palabra nos la dijo con su Hijo. Jesús es esa clase de ser humano que el Padre quiere que seamos.

Fue Jesús el que nos reveló quién era el Padre, cómo tratarlo (Abbá, papito, Rm 8, 15b), fue Él el que nos dijo que teníamos un Padre todopoderoso al que debíamos obedecer incondicionalmente.

2.    Lo que dice la Palabra de Dios de sí misma en la Biblia

“Ciertamente, es viva la Palabra de Dios y eficaz, y más cortante que espada alguna de dos filos. Penetra hasta las fronteras entre el alma y el espíritu, hasta las junturas y médulas; y escruta los sentimientos y pensamientos del corazón.

 No hay para ella criatura invisible: todo está desnudo y patente a los ojos de Aquel a quien hemos de dar cuenta.”  (Hb 4,12 - 13)

La Palabra de Dios leída y meditada con juicio es todo lo que el ser humano necesita para ser discípulo de Cristo; para conocerlo y amarlo, San Jerónimo nos decía que “Ignorar las escrituras es ignorar a Cristo” y ¿cómo amarlo si no lo conoces?

Dios mismo es quien nos habla a través de la Escritura, Él nos consuela, nos da luces, nos confronta con ella y nos guía por el camino correcto. La Palabra de Dios es como el manual de vida del cristiano, nos aconseja, nos da argumentos para obrar el bien y para no hacer el mal.

3.    Y ¿qué es lo que dice la Palabra de Dios?

En el Antiguo Testamento se nos da a conocer el acontecer de Dios en el pueblo hebreo, nos muestra cómo obra Dios en el diario vivir de su pueblo enseñándonos que Él acontece en la cotidianidad, que no es un ser lejano que intervenga de vez en cuando en los asuntos del hombre, sino que está siempre con él, le da normas, ayudas, guía y lo cuida y lo protege. Ya en el Nuevo Testamento es Jesús quien nos viene a mostrar cómo es vivir en el Padre y cómo el Padre responde a su criatura en todo momento y lugar. Jesús nos da instrucciones concretas para seguirlo, para caminar de forma segura para poder llegar a nuestro destino final, el Padre.

Vivir la Palabra de Dios es pasar el mensaje de la Palabra de la comprensión de la mente al corazón, es hacer de esta Palabra una forma de vida.

Veamos:

El Señor nos dice en su Palabra:

“ámense los unos a los otros como yo los he amado”, pero ¿cómo hacemos eso?, Pues, si seguimos leyendo la Palabra, Él mismo nos dice cómo hacerlo y  nos lo dice a manera de orden, veremos aquí algunas de ellas.

·         Amen a sus enemigos

·         Hagan el bien a los que los odian

·         Bendigan a los que los maldicen

·         Oren por los que los persiguen

·         Presten sin esperar  nada a cambio

·         Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso

·         No juzguen y no serán juzgados

·         Den y se les dará

·         Perdonen hasta setenta veces siete

·         Honra a tu padre y a tu madre

·         Quien quiera llegar a ser grande, será servidor de todos.

Ahora toma uno por uno estos mandatos del Señor y confronta tu vida en ese aspecto determinado. Pues bien, vivir la Palabra es hacer de cada uno de los  mandatos del Señor tu forma de vida, es obedecerla y ser dócil a ella.

4.    ¿Cómo lo haremos?

Cristo vino a la tierra, padeció, fue crucificado y resucitó; ¿Tú crees esto? Al resucitar el Señor nos dio la fuerza de su Espíritu Santo, nos dio su poder para llevar a cabo todo lo que nos pide. Cristo vive en cada uno de nosotros por el poder de su Espíritu y es con ese poder que tú puedes poner por obra la Palabra de Dios, es Él viviendo en ti que podrás hacer de la Palabra tu forma de vida.  Si miramos con atención cada uno de estos mandatos, son muy difíciles de poner en práctica, pero con la fuerza del Señor, con su poder en nosotros todo es posible porque nada es imposible para Dios, Él en ti hará la obra, hará posible que tú ores por esa persona que te hizo tanto daño, o que puedas responder al mal con un favor, con una buena obra, Él en ti hará que puedas perdonar, Él en ti hará que seas generoso(a) con tu tiempo, con tu dinero, Él en ti hará posible que ames y confíes nuevamente, solo… déjalo SER en ti, permítele obrar. Es Dios y te habita, tú y Él son un equipo invencible.

Conclusión

La Palabra de Dios es ley para sus hijos, no son recomendaciones o sugerencias. El Señor nos pide docilidad para obedecerla y así poder concluir en cada uno de nosotros su obra salvadora, si no la hacemos vida, será una tarea muy difícil de cumplir.

Taller

¿Tienes el hábito de leer  y meditar la Palabra de Dios diariamente?

¿Puedes recordar cuándo fue la última vez que oraste por un enemigo tuyo?

¿Y la última vez que fuiste a pedir perdón sin excusas ni justificación?

¿Puedes decir con certeza que el Señor por su Palabra, ha transformado tu vida? Da un ejemplo.

¿En qué casos concretos de tu vida estás haciendo viva la Palabra del Señor?

Bibliografía

  • Vocabulario teología Bíblica X León Dufour
  • Biblia de Jerusalén
  • Documento de Aparecida, Capítulos 6-8, Mayo 2007
  • Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, FRANCISCO