FUNDACIÓN HOMBRES Y MUJERES DE FUTURO
Guía de predicación - Septiembre 22 al 27 - 2025
“EN BÚSQUEDA DEL PECADOR”
(La parábola de la oveja perdida)
Lc 15,1-7
Objetivo
Descubrir el camino del amor misericordioso de Dios por la humanidad, que va en búsqueda de sus hijos perdidos, y cuando los encuentra, contento los pone en sus hombros y los lleva nuevamente al redil.
Introducción
El Evangelio de Lucas, en el capítulo 15, nos narra las tres parábolas de la misericordia de Dios, que nos muestran la actitud de Jesús por perdonar a los pecadores, algo que fue criticado de manera continua por los fariseos y los maestros de la ley.
Estas parábolas buscan enseñarnos la lógica de Dios con respeto a las personas que se equivocan, que han caído en el pecado, que están alejadas, excluidas y que viven en la oscuridad. Porque quizás desde nuestra razón, podemos juzgarlas con rabia y desprecio como lo describe Lucas en relación a los fariseos (v. 1-2).
Para mostrar el amor misericordioso de Dios, Jesús lo explica con tres parábolas:
- La oveja perdida (v. 4-6)
- La moneda perdida (8-10)
- El padre que recobra a su hijo (11-32)
Las tres parábolas tienen un hilo conductor:
- La realidad de la pérdida de algo de gran valor.
- La recuperación de lo perdido.
- Y la inmensa alegría que provoca encontrar lo perdido, que hasta se hace fiesta.
Primera parábola: la “oveja perdida” Lc.15, 4-6
Jesús comienza planteando la siguiente pregunta: ¿quién de ustedes, si tiene cien ovejas y pierde una de ellas, no deja las otras noventa y nueve en el campo, y va en busca de la oveja perdida, hasta encontrarla? (v. 4)
La parábola nos muestra la prontitud del pastor que, al notar la falta de una oveja, deja las 99 por ir en búsqueda de la perdida. Acaso en la lógica de los pastores que cuidan ovejas, ¿serán capaces de dejar abandonadas a sus ovejas, a merced de los depredadores y expuestas a los peligros? Lo más probable es que no lo hagan.
Pues, Dios busca a los perdidos, alejados, inconversos, que se equivocaron alguna vez en la vida, para volverlos al redil. La oveja no volvió por su propia iniciativa, sino que fue buscada por su pastor.
La conversión no es solo por un esfuerzo propio, realmente es Dios que nos convierte, nos busca apasionadamente, así nos encontremos mirando para otro lado. Dios toma la iniciativa de ir a buscarnos, en el fango de nuestro pecado y de las oscuridades donde nos hemos metido; y cuando nos encuentra, nos levanta con amor en sus hombros y nos lleva cargados.
Al final, vemos la alegría del pastor por el triunfo obtenido, que no la vive solo, sino que la manifiesta a sus amigos. Es la misma alegría que Dios siente cuando recupera a sus hijitos perdidos. (v. 7)
Conclusión
Dios no mira las culpas, ni las debilidades o incapacidades que tenemos para caminar con nuestros propios pies en su Reino. Él conoce nuestras flaquezas y por eso nos busca y nos levanta para decirnos: “empecemos de nuevo”. Y así mismo, nos invita a comprender y a acoger a quienes se han equivocado en la vida.
Taller
- ¿A quién tienes excluido de tu vida, por un error o pecado que cometió contra ti o los de tu familia?
- ¿Estarías dispuesto a ir a buscarlo para volver a comenzar la relación?
- ¿Has experimentado el amor de Dios en tu vida en los momentos en que has cometido algún error grave?
Textos de apoyo
Salmo 23; Isaías 40, 11; Ezequiel 34, 11-16