FUNDACIÓN HOMBRES Y MUJERES DE FUTURO
Guía de predicación Octubre 1° al 4 - 2025

ERES LUZ DE CRISTO PARA EL MUNDO, NO LA ESCONDAS

(Lc 11,33-36)

Objetivo

Recordar que todos los bautizados somos portadores de la Luz de Cristo para darla al mundo.

Introducción

El Señor nos está diciendo que Su Luz debe brillar en nuestra vida, en la vida de todos sus discípulos y nos explica cómo los ojos como lámpara del cuerpo pueden influir en la totalidad de la persona, para bien si tiene una mirada purificada o para mal si está lleno de envidia, rencor, codicia, etc.

1-    La luz no se esconde: Que todo el que entre a tu casa pueda ver claramente; qué es lo que pueden ver? La luz de Cristo brillando en ti y en tu familia, tu fe y tu esperanza en Él.

2-    Los ojos como lámparas: Si miras el mundo con los ojos de Dios tendrás una mirada llena de amor hacia el hermano y hacia las circunstancias que nos rodean. Por el contrario si lo ves con los ojos de ese mismo mundo criticarás y juzgarás según tu propio criterio y desde tu propia conveniencia.

3-    Cuidado con la oscuridad: El Señor nos advierte que debemos tener cuidado de que esa luz que creemos tener no se convierta en oscuridad. Esto es, ser siempre firmes en lo que creemos sin importar con quién estamos o el lugar a donde nos encontremos.

4-    Plena iluminación: Dice la Palabra: Si tu cuerpo está enteramente iluminado y no hay oscuridad, estará tan iluminado como cuando una lámpara nos inunda con su Luz (Lc.11, 36)

Esto es, que si tu corazón y tus intenciones están totalmente desprovistos de egoísmo, ambición y de prejuicios y permites que la luz de Dios te guíe, experimentarás una vida plena, abundante y llena de la paz y el gozo del Señor.

Conclusión

Jesús nos anima en esta parábola a no guardar egoístamente lo que Él ha hecho en nosotros. Esa vida NUEVA que el Señor nos ha dado es para darla a otros. Nos invita a ser LUZ para otros que estén en la oscuridad, confundidos y desesperanzados. Entre más demos esa LUZ, más luz obtendremos. 

Taller

  1. ¿Reconoces algún momento en tu vida en que hayas sido luz para otros?
  2. Hay en todos nosotros oscuridades que no dejan ver la Luz del Señor que está en cada uno. ¿Puedes nombrar alguna de ellas en ti?
  3. ¿Que estás dispuesto(a) a hacer para poner a brillar esa luz que hay en ti encima del candelero y no dejarla escondida?