FUNDACIÓN  HOMBRES DE FUTURO
MINISTERIO DE FORMACIÓN
GUÍA DE PREDICACIÓN - Junio 20, 2012
LA VICTORIA SOBRE EL MAL COMIENZA EN EL CORAZÓN

 

 Meditación del texto del evangelio de san Marcos 7,1-23. 

Objetivo 

Transmitir la enseñanza de Cristo a sus apóstoles sobre la pureza del corazón. Porque lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre.

“Crea en mí, oh Dios, un corazón puro,
renueva en mi interior un espíritu firme”
                                          (Salmo 51,12 ).

Introducción.

En muchos textos de la Biblia encontramos al autor hablando de la pureza del corazón, especialmente en los salmos. Pues bien, en este Evangelio de Marcos, Jesús mismo nos va a enseñar cómo se purifica el corazón y por qué es lo que sale del hombre lo que lo contamina y no lo que entra en él.

El Ser humano puro, es el que tiene el corazón puro. Y tiene el corazón puro quien ha purificado sus intenciones al actuar y quien sigue la voluntad de Dios revelada en la Biblia, voluntad que centra todas las decisiones del hombre en la motivación fundamental del amor.

Por medio de este texto Jesús nos enseña el “hacer” que Dios espera de nosotros como personas nuevas.

Desarrollo

Centrándonos en el texto, podemos observar tres cosas:

  1. En 7,1-5 se da el planteamiento del problema por parte de un grupo de fariseos y escribas que se escandalizan con el comportamiento extraño de los discípulos de Jesús.
  2. Luego en los versos 6-13, viene la primera parte de la respuesta de Jesús, la cual enfoca en lo que nos ordena la Ley. La frase central está en el verso 8.
  3. Después viene la segunda parte de la respuesta del Señor, que invita a poner la atención en el “corazón” del ser humano como fuente de contaminación. La frase central está en el verso 21.

 ¿Cómo releer esto para nosotros hoy?

En este pasaje hay un aviso espiritual muy importante, que nos está llamando a mirar los criterios con que nosotros valoramos nuestro comportamiento. Es decir, lo que me motiva a actuar ¿es una simple apariencia?, ¿quedar bien?, o realmente me mueve una convicción profunda de lo que agrada a Dios; porque actitudes de apariencia son lo que llevó al Señor a Decir:

“Este pueblo me honra con sus labios,
pero su corazón está lejos de mí
en vano me rinden culto,
ya que enseñan doctrinas que son preceptos de hombres”

El Señor nos está pidiendo que examinemos con un profundo sentido crítico las normas que están determinando nuestro comportamiento. Nuestro actuar debe estar orientado totalmente hacia la voluntad de Dios revelada en su Palabra.

Con mucha frecuencia nosotros nos dejamos llevar por lo que es considerado “necesario”, moderno, actual, etc., es decir, nos dejamos llevar por nuestro egoísmo en todas las formas en que se manifiesta.

La verdadera pureza consiste pues en llevar una justa relación con Dios, la cual nos llevará inequívocamente a una justa relación con el prójimo.

Cuando Jesús Dice:

Oídme todos y entended. Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre.”

Nos está diciendo que las acciones malvadas provienen del corazón de la persona; por eso la primera preocupación de una persona debe ser la de tener un corazón puro, porque desde allí es que se transformará el mundo entero.

¿Qué significa aquí el término corazón?

En el mundo Bíblico, el “corazón” indica el lugar profundo en el que la persona toma conciencia de sí misma, reflexiona, medita y asume comportamientos responsables ante los hechos de la vida y ante el misterio de Dios. De aquí que el “corazón” tenga una importancia decisiva en la salvación. Es allí donde se hace la verdadera obra del Espíritu Santo, convirtiéndonos en hombres de corazón de carne, hombres nuevos movidos por el amor de Dios para amar plenamente a nuestro prójimo.

Cuando se habla del corazón, por lo general lo relacionamos con el amor, y esto es cierto pero no es todo. Se trata del amor-decisión, amo porque lo decidí no por lo que siento, porque así es como nos ama Dios.

En el verso 21, el Señor nos da una lista de las cosas que contaminan al hombre y que salen de dentro del “corazón”. Son 12 pecados que abarcan los campos principales o más frecuentes de nuestro comportamiento, recalcando el perfil del hombre viejo y diciéndonos que es allí donde debemos trabajar con ahínco para poder brillar como hombres y mujeres nuevos según el Reino de Dios.

Miremos: 7,21-23 “Porque de dentro del corazón de los hombres, salen las intenciones malas: Fornicaciones, Robos, Asesinatos, Adulterios, Avaricia, Maldades, Fraude, Libertinaje, Envidia, Injuria, Insolencia, Insensatez. Todas estas perversidades salen de dentro y contaminan al hombre”

Con esto nos está manifestando Jesús, que es en el mismo lugar en donde se encuentra el foco de contaminación, o la fuerza del amor que transforma el mundo. Esto nos ayuda a entender que cuando Jesús cita los  mandamientos, (releer Verso 10) ya no es la “norma”, la regla en sí, sino el corazón del hombre que se ha purificado, un corazón nuevo, sensible, que ama y siente compasión; ese es el corazón del hombre nuevo, de la mujer nueva.

Ampliaremos un poco cada aspecto para poder analizarnos mejor.

Fornicaciones: Es la persona para la cual cualquier tipo de relación es lo mismo, donde el criterio de comportamiento es únicamente la propia satisfacción, llevándolo a la inmoralidad.

Robos: Es aquel para quien apropiarse de lo ajeno  es un comportamiento habitual. (Pensemos también en el estado como otra persona cuando no pagamos nuestros impuestos y nuestras obligaciones).

Asesinatos: Cuando no sólo nos apropiamos de sus bienes sino hasta de su propia vida.

Adulterio: Infidelidad a aquella persona a la que se le prometió amor total y exclusivo.

Codicia: Querer tener en sobreabundancia llenándose de cosas sin pensar en que otros las puedan estar necesitando. Nunca quiere compartir.

Maldades: No se trata solamente de hechos malos, sino de una persona dañada en la estructura de su personalidad y encuentra placer en hacer daño a todos. Es una persona perversa.

Fraude: Quien actúa doblemente, con engaño con el fin de lograr sus propósitos ocultos.

Libertinaje: Comportamiento de quien no acepta reglas, sintiéndose con derecho a todo. Es una persona caprichosa que quiere conseguir lo que desea sin importar por encima de quién tenga que pasar.

Envidia: Es quien mira con rabia el éxito y la felicidad de los demás.

Injuria: Blasfemia, calumnia incluso a Dios cuando la persona considera que no tiene nada que agradecer y vive resentida.

Insolencia: Es quien piensa que no tiene necesidad de Dios y que puede hacer y deshacer a su gusto, por su propia cuenta. Esto es orgullo, autosuficiencia y arrogancia, considera a los demás con menor capacidad y valor que ella.

Insensatez: Es la persona cuya vida no tiene sentido, es una persona irresponsable que no se toma en serio a Dios y se dedica sólo a “pasarla Bien” pero su vida no trascenderá.


Taller

Todos tenemos algo de esto en el corazón. En un acto de reflexión miremos cuál será con el que más debes luchar y entregar al Señor, para poder comenzar tú también la transformación de tu familia y del mundo. Compartir en el grupo.

¿Tienes conciencia de que de la pureza de nuestros corazones puede estar dependiendo la transformación del mundo?

¿Cuando vas a recibir la sagrada Eucaristía lo haces con la pureza de corazón adecuada?