FUNDACIÓN HOMBRES Y MUJERES DE FUTURO
Guía de predicación junio 2 al 7 - 2025
UN AÑO DE GRACIA: EL PODER DEL PERDÓN
Año jubilar
Objetivo
Reflexionar sobre la importancia y el significado del perdón, aprovechando este año de gracia jubilar.
Introducción
El Jubileo es un acontecimiento especial dentro de la Iglesia católica, un tiempo de gracia, perdón y renovación espiritual. Se celebra cada 25 años y es convocado por el Papa. Su origen se encuentra en la tradición bíblica del «Año Jubilar», mencionado en el Libro del Levítico (25, 8-13), donde cada 50 años se proclamaba un año de liberación, restauración y misericordia. Se perdonaban deudas, se restituían tierras, se liberaban esclavos, se permitía que la tierra descansara.
Nos introduciremos entonces en la importancia y el significado del perdón para nosotros hoy, miles de años después de proclamada la ley del año jubilar.
¿Qué es en realidad el pecado?
Dios, infinitamente bueno y generoso, crea al hombre sin negarle nada, a su imagen y semejanza lo creó, le dio vida, Su vida. Sin embargo, instigados por la serpiente, Adán y Eva se ponen a dudar de la bondad y la generosidad de este Dios que los creó, de tal manera que lo que sabían de un Dios soberanamente perfecto y desinteresado que solo puede dar, se convierte en duda y desconfianza. La mentira trastorna en Adán y Eva la noción que tenían de Dios, provocando así la corrupción de su espíritu y el acto de desobediencia.
En realidad, más que un acto de desobediencia debemos entender aquí que siguiendo la mentira de la serpiente Adán y Eva quisieron ser como dioses, quisieron ponerse en el lugar de Dios y decidir por sí mismos sobre el bien y el mal, pretendiendo ser dueños únicos de su destino, se niegan a depender del que los ha creado, trastornando así la relación de amistad que unía al hombre con Dios creador.
Lo más triste es que hoy en día el pecado sigue siendo exactamente eso, el ser humano quiere disponer de sí mismo a su antojo, viviendo una vida egoísta y queriendo que el mundo gire a su alrededor.
Entonces ¿de qué nos perdona Dios, a qué vino Jesús.?
Nos perdona del pecado de querer vivir una vida sin Dios ni ley, una vida centrada en sí mismos ignorando al prójimo.
Jesús vino a mostrarnos cómo era ser un verdadero hijo de Dios. Jesús es todo lo que el Padre quiere que seamos cada uno de nosotros, esos que nos llamamos cristianos.
Nos enseñó y nos mandó a amar a Dios sobre todas las cosas y al hermano como Él mismo nos amó.
Cada año jubilar El Señor nos da la oportunidad de reflexionar sobre nosotros mismos y hacer un examen concienzudo sobre el pecado por excelencia que es no amar como Él quiere que lo hagamos, como él nos enseñó. Amar es desear y hacer el bien a los demás, siempre y sin esperar nada a cambio. Todos los Mandamientos de la Ley de Dios, quedaron resumidos en el nuevo Mandamiento que nos dio el Hijo Amado: “Ámense los unos a los otros como yo los he amado” Y dijo también: “Todo lo que quieran que hagan los demás por ustedes, háganlo también ustedes por ellos” Profundicemos este gran mandamiento, analicemos cómo es que él nos amó y nos ama, dándolo todo, hasta la muerte, hasta la última gota de sangre.
Reconocemos aquí que el Señor nos está pidiendo que no nos contentemos con no pecar, hay que amar. La regla de oro decía: “No le hagas a nadie lo que no quieras que te hagan a ti” Pero Jesús pensó que no era suficiente con no hacerle mal a nadie, además de no hacer el mal hay que amar, salir de sí mismo y ocuparse del otro.
Pues de no amar, de no hacer lo suficiente por uno mismo y por los demás es que el Señor nos perdona, pero solo cuando nos arrepentimos y pedimos permanentemente la gracia del Espíritu Santo para obrar el bien siempre.
Conclusión
Lo más importante del año jubilar es la reflexión y confesión del gran pecado de no amar. Los ritos y las demás exigencias no cuentan si no estoy decidido(a) a vivir la vida en el Espíritu.
El año jubilar es borrón y cuenta nueva siempre y cuando permanezcamos en la gracia santificante.
Taller
- ¿Cómo estás viviendo este año jubilar?
- ¿Crees que estás amando verdaderamente, como te ama Dios?
- ¿Te has preparado para hacer una buena confesión de vida?