COMUNIDAD HOMBRES  Y MUJERES DE FUTURO

GUÍA DE PREDICACIÓN - Marzo 6 / 2013

¿Cuál es tu joroba?

LC. 13,10-16

 

OBJETIVO: Llevar a la asamblea a tener anhelo de vivir la palabra de Dios y de conocer más del Señor Jesucristo. Por medio  del texto de Lucas conoceremos la misericordia de Dios con hombres y mujeres.

 

INTRODUCCIÓN: En los tiempos de Jesús en la cultura Judía a la mujer se le daba un lugar solamente si tenía un hombre que la representara; el papá si era una jovencita, el esposo si era una mujer adulta, o en el caso de la viuda, el hijo varón, la mujer siempre permanecía anónima a la sombra del hombre. Era contada dentro la propiedad junto con los animales u objetos.

Igualmente cualquier enfermedad o defecto físico era atribuido a castigo de Dios por haber pecado. Es palpable la marginalidad de la mujer, ésta se encuentra dentro los excluidos en la cultura Judía.

Pero Jesús nos muestra la misericordia del Padre y su acción salvífica en los pecadores, en las viudas o en los enfermos. Se resalta así la ternura preferencial con que son tratadas las mujeres, (como en este caso), por el Padre por medio de Jesucristo.

 

DESARROLLO: Estaba Jesús enseñando un sábado en la sinagoga y había allí una mujer a la que un espíritu tenía enferma hacía 18 años: estaba encorvada. Jesús al verla la llamó y le dijo: queda libre de su enfermedad. Le impuso las manos y al instante se enderezó y glorificaba a Dios.

Jesús ve el sufrimiento de la mujer, sabe de antemano cuántos años lleva sufriendo,  siendo humillada y rechazada; nunca fue tenida en cuenta en las decisiones de su aldea, o sea, no tuvo vida comunitaria, (socialmente). Estaba condenada a vivir con la cabeza baja.

Muchos de nosotros atribulados por el rechazo, los complejos, la dificultad de comunicarse con el otro, la falta de metas y horizontes, convertimos nuestras penas en tremendas cargas que doblan nuestras espaldas. Vemos todo oscuro, todo igual, siempre mirando para abajo. Se pierde la esperanza. Tal vez la jorobada se había acostumbrado a pasar la vida de esta manera, seguramente como muchos de nosotros.

Por eso Jesús se conmovió con ella y la llamo “MUJER”. Jesús vino y dio nuevo sentido al antiguo testamento, dignificó a la mujer. A partir de allí se encuentra como persona, discípula, testigo y quizá hasta misionera.

Para esta mujer el encuentro con Jesús fue definitivo, cambió por completo su vida. La sanó, la liberó y la salvó.

Así también nosotros, pues es únicamente ese encuentro con el Resucitado lo que cambiará nuestras vidas. Ese encuentro que nos llama a levantar la cabeza y a caminar confiados en Él llenos de esperanza en la vida eterna, gozosos de nuestra salvación.

 

CONCLUSIÓN: La mujer aún desde su marginalidad histórica, con su maravillosa sensibilidad está apta para vislumbrar el misterio de Dios. El acontecer de Dios en la historia de la mujer nos muestra que es una privilegiada, entre los pobres y marginados, porque son los más aptos para  recibir y entender el Reino de Dios. Lc. 6,20.

En Él, todos somos curados, sanados y salvados. Hombres y mujeres experimentamos el poder  misericordioso de Dios a través de Jesucristo. Por eso somos impulsados por la acción del Espíritu Santo, a la alabanza y adoración en acción de gracias.

Por otra parte somos restituidos en la comunidad llenos de espereza y amor por la vida.

 

TALLER:

¿Qué cree usted que hizo la mujer una vez que volvió a la familia?

¿Puedes identificar tus jorobas o las cargas que doblan tu vida?

¿Comprendes el triunfo de Jesucristo sobre tu pecado?