FUNDACIÓN HOMBRES Y MUJERES DE FUTURO

TEMA DE PREDICACIÓN

JULIO 7- 2021

EL SECRETO DE LA OBEDIENCIA: LA FE

OBJETIVO

Aprender qué es la verdadera obediencia en la fe

Definición: Obedecer en la fe, es someterse libremente a la Palabra escuchada.

La obediencia, lejos de ser una sujeción que se soporta y una sumisión pasiva, es una libre adhesión al proyecto de Dios para tu vida. Esto te permite hacer de su vida un servicio a Dios permanente y entrar en su gozo.

¿Por qué someterse? Porque la Palabra es la verdad que está garantizada por Dios que es la Verdad misma. Podemos comprobarlo en Abraham, modelo de obediencia en el antiguo testamento y en la vida de la santísima Virgen María en quien vemos la realización más perfecta de obediencia al Padre.

La obediencia es signo y fruto de la fe. Eva cae en pecado porque olvida la Palabra de Dios y escucha la del tentador, así mismo Adán olvida la Palabra de Dios por escuchar la de Eva y al desobedecer arrastra consigo a toda su descendencia.

Para salvar a la humanidad suscita Dios la fe de Abraham, cuya vida reposa íntegramente en la Palabra de Dios y su secreto es la obediencia:

“Vete de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre a la tierra que yo te mostraré”. (Gn 12,1)

“Anda en mi presencia y sé perfecto”. (Gn 17,1)

“Toma a tu hijo, a tu único, al que amas, a Isaac, vete al país de Moria y ofrécelo allí en holocausto en uno de los montes, el que yo te diga.”

A cada orden de Dios Abraham obedece, aunque esto le implicaba constantemente avanzar a ciegas y esto para Dios significó un testimonio sin precio:

y le dijo Dios: «Por mí mismo juro, oráculo de Yahvé, que por haber hecho esto, por no haberme negado tu hijo, tu único yo te colmaré de bendiciones y acrecentaré muchísimo tu descendencia como las estrellas del cielo y como las arenas de la playa, y se adueñará tu descendencia de la puerta de sus enemigos. Por tu descendencia se bendecirán todas las naciones de la tierra, en pago de haber obedecido tú mi voz.» (Gn 22,16)

Cristo nuestro modelo de obediencia.

Toda la vida de Jesús fue un acto de obediencia al Padre, al punto de que habló de que ese era su alimento (Jn 4,34) Esto lo constituye en “el Señor” revestido de todo poder en el cielo y en la tierra (Mt 18,28) por ello, tiene derecho a la obediencia de toda criatura. Por Él y por la obediencia a su Evangelio alcanza el ser humano a Dios en la fe.

Hemos visto algunas de las órdenes que dio el Señor a Moisés, las cuales obedeció, podríamos decir, ciegamente, ahora veamos lo que el Señor Jesús nos manda a nosotros su nuevo Pueblo de Israel:

He aquí algunos centímetros del metro con que puedes medir tu obediencia. (Lc 6,27-46)

Pero a ustedes que me escuchan les digo:

  • Amen a sus enemigos, hagan bien a quienes los odian, bendigan a quienes los maldicen, oren por quienes los insultan.
  • Si ustedes aman solamente a quienes los aman a ustedes, ¿qué hacen de extraordinario? Hasta los pecadores se portan así.
  • Y si hacen bien solamente a quienes les hacen bien a ustedes, ¿qué tiene eso de extraordinario? También los pecadores se portan así.
  • Si alguien te pega en una mejilla, ofrécele también la otra; y si alguien te quita la capa, déjale que se lleve también tu camisa.
  • A cualquiera que te pida algo, dáselo, y al que te quite lo que es tuyo, no se lo reclames.
  • Hagan ustedes con los demás como quieren que los demás hagan con ustedes
  • Presten sin esperar nada a cambio.
  • Sean misericordiosos como el Padre de ustedes es misericordiosos.
  • No juzguen y no serán juzgados.
  • Ustedes deben amar a sus enemigos, y hacer bien, y dar prestado sin esperar nada a cambio.
  • Den a otros, y Dios les dará a ustedes. Con la misma medida con que ustedes den a otros, Dios les devolverá a ustedes.
  • Perdona hasta 70 veces 7. (Mt 18,22)
  • ¿Por qué me llaman ustedes Señor y no hacen lo que les digo?

La obediencia de María Madre de Dios

María nos muestra de una manera perfecta cómo por la obediencia en la fe, se realiza el proyecto de Dios en su criatura. Por la obediencia de María Dios salva al mundo. Toda su vida y hasta su última prueba, cuando su hijo murió en la cruz (Lc 2,35) María no cesó de obedecer y creer en el cumplimiento de la Palabra de Dios.

María en su canto del Magníficat, nos enseña el gozo de obedecer.

María dijo:

“Mi alma alaba la grandeza del Señor; mi espíritu se alegra en Dios mi Salvador. Porque Dios ha puesto sus ojos en mí, su humilde esclava, y desde ahora siempre me llamarán dichosa; (Lc 1,46ss)

Conclusión

Hacer La voluntad del Padre ha de constituirse en nuestro alimento. Obedecerle como fruto de nuestra fe porque es lo que Dios quiere, sin importar si nos gusta o no, si queremos hacerla o no, es la voluntad de Dios y eso debería bastarnos.

Bibliografía: Vocabulario de Teología Bíblica X. Léon-Dufour

                   Catecismo de la Iglesia Católica.