FUNDACIÓN HOMBRES Y MUJERES DE FUTURO
GUÍA DE PREDICACIÓN OCT 15 AL 19 - 2024

 PEREGRINOS UNIDOS CON LA IGLESIA TRIUNFANTE.

(2 Macabeos 12, 44-45)

7a. Obra de Misericordia. Espiritual y corporal:

 Orar por los vivos y los difuntos. Enterrar a los muertos.

OBJETIVO

Comprender la importancia de nuestra oración de intercesión tanto por los vivos como por los muertos y entender el deber de enterrar a los muertos.

INTRODUCCIÓN

Recordar que nuestra fe nos enseña a creer en la comunión de todos los fieles cristianos, es decir, los que peregrinamos en la tierra, de los que se purifican después de su muerte y de los que ya gozan de la bienaventuranza celeste y que todos nos unimos en una sola iglesia. (CIC 962) Como una sola iglesia oramos los unos por los otros, pidiendo y recibiendo, de manera que no solo intercedemos para su bien, si no también se hace eficaz su intercesión en nuestro favor (LG 50).

DESARROLLO

Nos dice el papa Francisco con respecto a la primera obra de misericordia que veremos hoy, “orar por vivos y muertos”:

Esta obra de misericordia tiene un fundamento muy profundo, porque gracias a nuestro bautismo hemos sido “injertados en Cristo” (cf. Rm 6,5), formamos parte de su Cuerpo Místico. Gracias a esta íntima unión con Él, recibimos los tesoros infinitos de gracia que el Padre nos ha dado por los méritos de la muerte y resurrección de Jesucristo, haciéndonos sus hijos por medio de su Hijo Unigénito (cf. Ef 1,3-10).

Si nos ha hecho hijos suyos nos ha hecho hermanos unos de otros en Cristo. Así las cosas ¿no se encargará Él de atender las oraciones que le hacemos por aquellos que tantos queremos? (cf. Mt 7,11). Él es el primer interesado en nuestro bien, el que conoce nuestras necesidades mucho antes de que se las manifestemos. Al ver un gesto de oración sincera por el bien de otra persona, su amor misericordioso no se va a quedar indiferente.

Cuántas veces nos han dicho: “reza por mí”, o “te encomiendo en mis oraciones”. ¿Qué hay detrás de estas peticiones? ¿Cómo podemos ayudar a los demás con nuestras oraciones? No son solamente frases que buscan dar un consuelo sentimental a aquellos a quienes las proferimos. Si de verdad lo hacemos con todo nuestro corazón, y nos dirigimos a Dios pidiendo por estas personas, estamos realizando una verdadera obra de misericordia espiritual.

Ejercitémonos en este diálogo con Dios por medio de nuestra oración por nuestros hermanos, los hombres. Hagámoslo con una actitud llena de fe en la acción de Dios en favor de aquellos por quienes pedimos, para que nuestra oración sea escuchada, y la misericordia del Padre se haga presente en sus vidas.

También nos dice esta obra de misericordia que debemos orar por los muertos

Nuestra fe nos enseña que, así como Cristo resucitó, también nosotros resucitaremos con Él por el poder del Espíritu Santo (Rom 8,11). Esta es la esperanza a la que hemos sido llamados, de tal manera que el amor por nuestros seres queridos que han partido nos lleva a orar por ellos y por todos los que han muerto ya que son nuestros hermanos en Cristo.

Oramos de modo especial, por las almas del purgatorio

Las almas del purgatorio ya no tienen posibilidad de pedir auxilio y misericordia. Por ese motivo somos nosotros los llamados a dirigir nuestras oraciones al Padre, para que cuanto antes, esas almas reciban la Gloria eterna, el consuelo y la paz que tanto anhelan.

Ofrecemos nuestras oraciones por las almas que están en el purgatorio porque creemos que el amor es más fuerte que la misma muerte. Nuestra fe nos da la certeza de que podemos seguir haciendo el bien a aquellos que amamos, y ni siquiera la barrera del sepulcro nos puede impedir manifestarles nuestro amor. Del mismo modo oramos por la familia de los que fallecen pidiendo consuelo y paz para sus corazones.

SÉPTIMA OBRA DE MISERICORDIA CORPORAL

El Señor sacó al hombre de la tierra, y allá lo hace volver. Para cada uno determinó el tiempo de su venida y el número de sus días... dice el Libro del Eclesiástico 17,1- 2. 

Como Iglesia es una obra de Misericordia corporal enterrar a los muertos, como ellos lo hicieron con los suyos, nosotros lo hacemos con ellos y a su vez lo harán por nosotros. Los difuntos pasan a un estado de consuelo y paz, los que quedamos damos gracias a Dios Padre por su vida, y amor por lo enseñado.

Cuando estaban en este mundo fueron templos vivos del Espíritu Santo; por tal razón deben recibir una digna y cristiana sepultura. Además, es una tradición de la iglesia desde antes de la venida de Jesucristo. En el siglo Vll.ac como lo narra el libro de Tobías 1,16. Sabemos que muchos cuerpos quedan sin sepultura por las guerras, los abandonados, asesinados y desaparecidos, los bebés abortados, etc. Por lo consiguiente, nos queda el deber de obrar con Misericordia, orando como nos lo enseña el Señor Jesucristo en el pasaje de su amigo Lázaro: primero consoló a las hermanas y luego oró al Padre por su amigo. 

CONCLUSIÓN

  • La solidaridad hace posible sobre llevar el duelo.
  • La oración de intercesión une a los vivos con los muertos. (Une lo humano con lo divino)
  • El acompañamiento a la morada final hace parte de vivir la Misericordia.
  • Todos pasaremos de estar vivos a estar muertos. 

TALLER

¿Sabías qué es la comunión con los santos?

¿De qué manera has honrado a aquellos que ya han partido de este mundo?

¿Has sido solidario en una situación de duelo?

TEXTOS DE APOYO

 (Sab 7, 1-6) (1° Cor 3,13-15) (Fil 1,21-26). (1Co 15,44).