Objetivo |
“Para ser libres nos libertó Cristo. Manteneos, pues, firmes y no os dejéis oprimir nuevamente bajo el yugo de la esclavitud”
Aclarar el concepto de libertad para salir del error en el que caemos con frecuencia, de creer que libre es quien hace todo lo que quiere, o deja de hacer lo que no desea, porque considera que es el único dueño y señor de su vida.
Introducción:
Para el hombre moderno ser libre a menudo significa poder desembarazarse de toda atadura y autoridad, pero la verdadera autoridad, la libertad de los hijos de Dios no es la capacidad de hacer lo que a uno le venga en gana, sino la capacidad dada al hombre para que se realice viviendo en comunión con el bien infinito de Dios. “La libertad es entendida, en su sentido radical, como la capacidad que Dios otorga al hombre de tomar posición ante Él”. (san José María Escribá de Balaguer)
El Espíritu Santo de Jesucristo es el que nos hace libres (2°Cor 3) La libertad no apunta únicamente al bien del “yo” individual, sino también al “nosotros” comunitario. Así, la libertad no es libertad para el egoísmo, sino libertad para darse, amar, servir, como lo hizo Jesús. El Espíritu nos ayuda a vivir desprendidos de la voluntad esclavizante del hombre viejo, que pretendía vivir a su propio arbitrio. Solo se es libre en la medida en que hagamos el bien, pues el mal nos esclaviza. Cristo nos ha conquistado la libertad de los hijos de Dios, pero nosotros la alcanzamos sólo con su imitación. "Si el Hijo os diere libertad, seréis realmente libres" (Jn 8, 36). Él ha herido con golpe mortal las fuerzas esclavizadoras "del pecado y de la muerte" (Rom 8, 2).
La verdadera libertad es autoposesión (poseerse a mí mismo sabiéndose criatura de Dios). Este auto poseerse se llama libertad fundamental, y es el sentido mas profundo de la libertad, que no se puede quitar de ningún modo; ningún cautiverio es capaz de suprimir este nivel de libertad que se encuentra en nuestro interior. Muchas personas que han vivido en cautiverio y en campos de concentración, aseguran que la verdadera libertad no es carecer de ataduras o de toda autoridad y que no depende de las condiciones exteriores, sino que está en nuestro interior, en nuestro corazón. Reconocen que aceptando las circunstancias que no hemos elegido, sino que la vida nos impone, todos podemos ser libres. Hacemos referencia al libro “La libertad Interior” de Jacques Philippe, en donde leemos: “cuanto más dependa nuestra sensación de libertad de las circunstancias externas, mayor será la evidencia de que todavía no somos verdaderamente libres”.
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Textos de apoyo |
(1ª Co 8,9) (St 1,25). (1°Pe 2,16) (2°Cor 3,17) (Gal 2,4)
Bibliografía: 1. “La libertad Interior”, Jacques Philippe, Ediciones Rialp, S.A. Madrid. 2. Mercaba.org. La libertad de los hijos de Dios.
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